El activo de un solo venezolano


No dejó de generarme sorpresa las diversas declaraciones producidas el fin de semana, luego de la oficialización de la devaluación del Bolívar. Por una parte, los ya repetidos aprovechados políticos de la oposición que tomaron nuevamente las banderas del pueblo para decirle a la gente que el lunes amanecerían más pobres. Estos mismo políticos, proponían hasta hace poco la creación de un tipo de cambio dual, donde el Gobierno mantuviera un tipo cambio bajo para los productos de primera necesidad y otro más alto para el resto de los sectores productivos. Llegaban incluso a ponerle cotización: 4.5 bolívares por dólar.

Fue más sorpresiva la acción del Gobierno, de voz del propio Presidente Chávez, cuando reconoció en el Aló Presidente del domingo pasado que desde hacía ningún sector productivo comercializaba productos al dólar oficial cotizado en 2,15 bolívares sobre dólar y reconociera la existencia de un dólar paralelo.

El Presidente se olvidó que hace menos de siete meses anunciaba en cadena nacional de radio y televisión que el salario mínimo de los venezolanos se ubicaba en casi 500 dólares. “El mejor de América Latina”. Sabía antes el Presidente, como lo sabe ahora que esos 500 dólares no llegaban a los 120 dólares en el mercado real; ese que fluctuaba al ritmo del mercado paralelo.

Estas actitudes evidencian el poco apego que nuestra dirigencia política tiene por el país. Venezuela, lejos de ser la patria bonita que ellos dicen amar, se transformó en un inmenso pozo de recursos. Un lugar ideal para enriquecerse y apropiarse de la riqueza que por obra de la providencia, tenemos en nuestra tierra.

Causó tristeza y pena ajena cuando observaba a cientos de compatriotas haciendo colas kilométricas en las afueras de los grandes almacenes de electrodomésticos. Aun no tengo claro si compraban porque creían que los televisores, aires acondicionados, computadoras y celulares se cotizaban a razón de 2.15 bolívares. A lo mejor sabían que estaban vendiéndose a dólar permuta y supusieron que este también se duplicaría.

Sin embargo, tales compras, dejaron en evidencia nuestra actitud consumista. Es que acaso un televisor nos garantizará una protección del capital. Si llegamos a pensar en eso, entonces, tenemos una cierta distorsión, promovida por la misma incertidumbre que tenemos de nuestros dirigentes, de nuestra economía y de nuestro futuro.

Y es que no quedan dudas de que existen motivos de sobra para reprobar a la administración Chávez. Más allá de que la devaluación del pasado viernes, era una petición a voces mudas que realizaron todos los sectores productivos, es la única que se ha producido en tiempos de bonanza petrolera y excelentes precios del petróleo que rondan los 80 dólares el barril.

Quién puede negar que ahora el Gobierno, que controla el Banco Central y PDVSA aproveche esta devaluación para incrementar el número de bolívares en la calle. Una receta repetida mil veces en los últimos 27 años. Dicha medida atenta directamente contra el bolsillo del venezolano. ¿Por qué? Tenemos un país que vive de las importaciones, tendencia que se incrementó en la administración Chávez. Todo, o casi todo lo que consumimos en Venezuela se importa o se produce con insumos foráneos. Nuestra economía es totalmente dependiente del precio del dólar. El drama, es que mientras pagamos a razón del valor del dólar, cobramos en bolívares. El Gobierno, todo poderoso, vive una realidad completamente distinta: cobra en dólares y paga en bolívares.

Qué ven afuera

La devaluación del Bolívar dejó en evidencia los trapos sucios de nuestra economía. En España, Telefónica perdió puntos porcentuales de sus acciones, por la caída de la moneda del mercado que representa el 7% de sus ingresos. Los analistas más cotizados no dejaron de escapar la oportunidad para asegurar que la devaluación del Bolívar llegó en un momento donde todas, absolutamente todas las monedas de la región, en especial de las otras cinco economías más fuertes de la región, cogen fuerza frente al dólar.

Indicaron sin dejar espacio a la duda, que este tipo de acciones evidencia que un país, por más petróleo que posea, no puede vivir enfrentado a los inversionistas extranjeros. Al alejar las inversiones, simplemente te quedas solo.

Pero este Viernes Negro, debe ser visto con especial atención. Otros expertos, indicaron que el petróleo, junto al oro, seguirán siendo activos que darán valor a las economías que los posean. En nuestro caso, queda claro que este activo, que en teoría en de todos los venezolanos, es de uno sólo.

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