¿Twitter entre rejas?


El viernes pasado, el director general de la policía científica, comisario Wilmer Flores Trosel declaró a los medios de comunicación la detención de dos ciudadanos residentes de Ciudad Bolívar, al sur de Venezuela, por ser parte de una red de gestores de rumores a través de twitter, orientados a generar matrices de opinión en contra de la estabilidad del sistema financiero nacional.

Los argumentos expuestos por el funcionario abren las compuertas de una infinidad de interpretaciones y análisis nacidas en el seno del alto Gobierno que podrían traer consecuencias nefastas sobre el libre flujo informativo que brinda Twitter, la primera red de microblogging del país.

Si bien no se puede justificar el uso irresponsable de un servicio de internet que comienza a ser masivo; tampoco podemos dejar de advertir que la interpretación libre por parte de los altos funcionarios de nuestra administración pública podría englobar como rumor desestabilizador cualquier información, denuncia o comentario que involucre alguna falla, crítica o comentario en contra del Gobierno.

¿Qué puede catalogarse como rumor o cómo denuncia?; ¿Qué tipo de apreciación tendrá el Gobierno y cómo podría interpretarse la acción de algún opositor al Presidente Chávez? La inexistencia de respuestas a estas preguntas podría promover la autocensura y el fin de la forma cómo Twitter se transformó de ser un servicio de meros comentarios, a un espacio participativo y una alternativa periodísticas para emitir diversos juicios de opinión.

Más allá de Twitter, pensar que al monitorear esta red se solucionará el problema de la especulación, los rumores y las malas intenciones sería poco más que una mera y simple ilusión sin sentido. Estimo que las consecuencias negativas de comentarios públicos de este tipo, son peores incluso que los motivos que la propiciaron, sobre todo si sumamos al caldo de cultivo el particular contexto venezolano, de permanente confrontación y guerra política.

Apreciaciones de este tipo, dejan abierto el tema del monitoreo permanente que hace el Gobierno de las redes sociales, acción que no puede encaminarse a un neo-represión, desubicada en tiempo y espacio y más cercana a las acciones de países que ven a internet libre un espacio que pone en peligro el estatus quo establecido.

Un país con tantas falencias, con medios ampliamente politizados no puede continuar la lamentable tendencia de cerrar espacios en lugar de abrirlos y propiciarlos para mejorar las discusiones, ampliar las opiniones y comentarios.

¿Por qué no propiciar en Twitter comentarios a favor del sistema bancario, que generen confianza? ¿No se puede pensar que este tipo de rumores o comentarios irresponsables son consecuencia de un clima que propicia la inestabilidad y no la causa?

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