¿Qué hacemos con $400 anuales para compras por internet?




Heberto Alvarado Vallejo

La decisión tomada por el Gobierno Nacional de activar automáticamente el cupo para compras electrónicas fue sin dudas una flexibilización de sus políticas de control cambiario. Sin embargo, y a pesar del reconocimiento del avance, los hechos demuestran que fue una decisión insuficiente.


Cabe recordar que hace dos años atrás el cupo para compras electrónicas era de 3 mil dólares al año, monto que si bien ponía límites a las adquisiciones de productos en el exterior le permitía a pequeños empresarios y comerciantes, y por supuesto a los consumidores finales, tener un alternativa para adquirir algunos bienes, que iban desde objetos personales hasta pagos de servicios de internet, software entre otros rubros.


Paradójicamente, la reducción a 400 dólares se produjo en el momento preciso que las operaciones comerciales a través de internet estaban madurando. Esto limitó ostensiblemente la capacidad de respuesta de los usuarios, quienes vieron conculcado un derecho, por el abuso de algunos especuladores, y la no menos cierta intención del Gobierno de reducir el flujo de dólares en la calle.


Más allá de los posibles argumentos que se tuvieron para reducir el cupo de dólares para compras electrónicas de bienes en el exterior, la medida afectó el desarrollo del comercio electrónico en Venezuela. Por una parte los usuarios vieron limitada su capacidad de compra, e incluso su productividad al tener menos dólares para comprar insumos y software necesarios para buena parte de sus procesos económicos; esto se apreció particularmente en el sector de microempresas y en el creciente tele-trabajo, muy común en la era digital.


Por otra parte, al no haber un actividad económica apreciable en internet, no hubo incentivo para que capitales nacionales asumieran el reto de impulsar el comercio electrónico, en esta tendencia se anotaron también los bancos que siguen en deuda con el impulso masivo a los pagos en línea. Salvo alguna excepción las compras por internet en moneda local son muy bajas.


Es por ello que aprovechamos la buena iniciativa de Cadivi de hacer automática la activación del cupo para compras electrónicas de bienes en el exterior para recordarles que tienen una deuda con el consumidor venezolano, que amerita medidas que beneficien el comercio electrónico y la actividad económica a través de internet. Ir en contra el especulador no debe ser sinónimo de cierre de las pocas alternativas para impulsar el comercio exterior entre usuarios finales y pequeños y micro empresas, los más afectados por la reducción.


Esta limitación que tenemos en Venezuela se contrapone a las tendencias que está marcando la industria mundial. La semana pasada en Las Vegas, durante la realización del Consumer Electronics Show apreciamos cómo todo el mundo está convencido que Internet es la gran meca del comercio electrónico, entre otras actividades económicas. Los desarrollos de software, la televisión, el cine, la medicina, la educación entre otros sectores e industrias han decidido apostar a Internet como el próximo gran conductor de sus mensajes e informaciones. Al principio las naciones con más desarrollo en el comercio electrónico irán a la batuta de los cambios, pero luego, cuando los niveles de penetración de América Latina lleguen al 50%, no más de cinco años, será ciertamente rentable impulsar estas y otras actividades económicas en línea.


Entonces, ¿por qué si la mayoría de los gobiernos de América Latina está impulsando, no sólo el acceso a internet, si no el desarrollo de contenidos que den utilidad a la red, el nuestro le pone trabas y continúa empeñado en pensar que sus decisiones son las mejores?


Además del limitado cupo para compras de bienes a través de medios electrónicos, otras iniciativas del Gobierno atentan seriamente con la participación de la gente en los diversos servicios que se prestan en internet. La ley Resorte, es un ejemplo latente de que a pesar de decir que el acceso a la red se impulsa, éste se limita

Comentarios

Luigino Bracci Roa ha dicho que…
No creas que a mí me agrada mucho que me hayan recortado el cupo de Cadivi... como computista es una necesidad para mi carrera el estar al tanto de las últimas tecnologías, el poder comprar determinados artículos para probarlos y poder recomendarlos o no. Pero tengo que reconocer que, por encima de mis necesidades INDIVIDUALES de comprar hardware para computadoras, o algún gadget o celular, hay necesidades muchísimo más importantes para el COLECTIVO, como alimentación, medicamentos, materia prima para viviendas y similares.

Dado que la cantidad de dólares que tiene el país son limitados, es más importante asegurarse que la mayor parte de los mismos puedan usarse para que todo el mundo pueda tener acceso a carne, pollo y medicamentos baratos, que dejar los dólares libres de forma tal que se terminen gastando en iPhones, Blackberries e iPads, y no en cosas mucho más importantes.

Insisto, a mí no me agrada el asunto como computista, pero qué es más importante? Que Luigino tenga un iPad de 500 dólares, o que con esos 500 dólares pueda comprarse pollo para 100 personas? Luigino no se va a morir sin un iPad, pero 100 personas sí podrían sufrir de desnutrición o tendrían menor calidad de vida.

Y sí, yo tengo mis descontentos con algunas decisiones del gobierno. Por ejemplo, el que a 11 años del proceso bolivariano tengamos que seguir importando pollo me huele mucho a ineficiencia de quienes llevaron adelante la parte alimentaria. Pero también ocurre que mucha más gente está comiendo pollo de manera regular que antes... la demanda ha subido mucho, hay redes de alimentación en lugares donde antes no las había, principalmente en barrios y sectores populares.

Hay que entender que en este país antes sólo vivían bien 2 o 3 millones de personas, y de pronto estan empezando a vivir bien 10 o 12 millones... eso crea nuevas situaciones, más demanda, más necesidades. No podemos ver el asunto con nuestros ojos de chicos de clase media.
Hormiga Analitica ha dicho que…
Amigo y respetado; si vamos a poner en la balanza medicamentos, alimentos por un lado y por el otro iPAD, BlackBerry y otros aparatitos, seguro estaría de acuerdo contigo... Sin embargo el asunto va mucho más allá de eso... Resulta que, tanto tú como yo sabemos, que ahora, en este mundo interconectado, muchas operaciones se hacen con proveedores internacionales.. Sale más barato, se reducen costos, e incluso se ayuda al medio ambiente... Muchas personas tenían en este servicio una salida para ser productivos, eficientes y efectivos... otros incluso generaban sus propios negocios..
Además, se estimulaba la competencia, para que entusiastas del pais hicieran sus propias gestiones y pudiesen competir, lo mejor se pudo estimular un comercio electrónico en bolívares.. que tampoco se puede hacer ahora por las mismas restricciones cambiarias...
Un punto que no entiendo es como si la crisis mundial atentó contra toda América Latina, hay naciones, con menos recursos que la nuestra que no han visto necesario establecer controles de cambio... Sus economías se mantienen e incluso crecen.
Desde mi percepción, es necesario atacar al especulador que se aprovechó de ese cupo de 3 mil dólares, más que sancionar a todo el mercado y decir que el problema es de falta de dólares...
Si hay pocos dólares, es porque sencillamente no se generó la diversificación económica que nos permitiera no depender de esa moneda, incluso para comprar pollos, como bien expusiste...
Gracias por tu participación amigo..