Tabletas electrónicas estimulan a la industria porno y preocupan a los padres

El lucrativo negocio del porno entrará inevitablemente en el negocio de las tabletas y Smartphone; la decisión de Apple de permitir la divulgación completa de la revista Playboy abre una discusión sobre los limites de la privacidad y la facilidad de acceso que tendrán los niños a estos contenidos



Alfonso Fernández (EFE)

.- Los nuevos aparatos electrónicos como el iPad aportan mayor privacidad en el consumo de contenidos para adultos, lo que ha sido aplaudido por la industria del porno y ha generado preocupación en los padres que buscan cómo controlar el uso de internet de sus hijos.


Las empresas de proveedores de contenido pornográfico ven estos nuevos aparatos y los teléfonos inteligentes una oportunidad comercial para abrir nuevas vías de negocio al potenciar la privacidad en el consumo.

"Hemos bajado los precios para los dispositivos móviles frente a los ordenadores personales", afirmó Allison Vivas, presidenta de Pink Visual, compañía audiovisual especializada en pornografía.

Durante la Feria de Entretenimiento Adulto de Las Vegas la pasada semana, Vivas explicó que Pink Visual quiere hacer que sus contenidos sean "más accesibles" y puedan verse en cualquier aparato.

"El aparato móvil aporta de nuevo un regreso al nivel privado, ya que los ordenadores personales cada vez más son ordenadores de la familia, mientras que los dispositivos móviles son más privados y van con el consumidor en todo momento", agregó Vivas, cuya empresa se vende con el lema "Innovación en el porno".

Los padres se muestran menos entusiasmados al considerar estos aparatos móviles como una amenaza ya que facilitan el acceso incontrolado de sus hijos a contenidos prohibidos para su edad.

Por ello, abundan en internet páginas en las que se solicitan y se ofrecen consejos y pistas para establecer controles y configurar estos aparatos con filtros para determinadas páginas.

Desde la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), se reconoce que este nuevo tipo de artefactos electrónicos supone un enorme "desafío" en el control del acceso a contenidos de adultos de los más pequeños.

En 2007 fue promulgada en EEUU la Ley de Acceso para Proteción del Niño (Child Safe Viewing Act) que establece unas reglas "voluntarias" para los proveedores de "tecnología sin cables" y les insta a ofrecer programas que faciliten el filtrado de este tipo de contenidos.

Por ello, y dado este carácter "voluntario", la responsabilidad última recae en los padres que deben preocuparse por revisar los contenidos de sus hijos e instalar estos dispositivos de control previamente en los aparatos que utilizan sus hijos.

En este punto el puritanismo moral, que tradicionalmente se asocia con Estados Unidos, parece chocar con otro de las rasgos característicos de EEUU: su voraz vocación comercial.

Tal parece ser el caso del gigante tecnológico Apple que, a partir de marzo, comenzará a ofrecer íntegramente los contenidos de la popular revista erótica Playboy, ya que la aplicación para iPad lanzada el año pasado sólo permitía el acceso a una versión en la que se excluían expresamente los desnudos.

Al presentar esta versión "reducida" en agosto pasado, Hugh Hefner, fundador de Playboy, ironizó sobre los prejuicios de Steve Jobs, consejero delegado de Apple.

"Steve Jobs tiene algo contra los desnudos. Así que, efectivamente, estarán leyendo la revista por sus artículos", dijo entonces Hefner.

Jobs había señalado en abril de 2010 que Apple "tiene una responsabilidad moral para mantener el porno fuera del iPhone y el iPad" .

Por ello, el magnate de las publicaciones eróticas celebraba desde su cuenta de Twitter la nueva decisión de Apple.

"¡Grandes noticias! Números antiguos y nuevos de Playboy estarán disponibles en iPad en marzo. Playboy aparecerá en iPad sin censura", exclamó Hefner en su cuenta.

Mientras tanto, Apple, que ha presentado resultados récord con unos ingresos 26.741 millones de dólares en su último trimestre, 70,5 por ciento más que durante el mismo período de 2009, no ha comentado el cambio de rumbo en su política de acceso a contenidos de adultos.

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