PRAN 2.0

Heberto Alvarado Vallejo


En Venezuela, ofrecer demasiados datos personales es casi una sentencia. 
Acceso a internet, uso de celulares, entre ellos Smartphone y obviamente BlackBerry, cuentas en Facebook y plena interacción con sus contactos, y los contactos de sus contactos. La cultura del web 2.0 llegó y se estableció en las prisiones venezolanas, pero no como una alternativa para estimular la educación y fomentar habilidades entre los privados de libertad.

El uso de estas tecnologías está abiertamente relacionado con los delitos que se cometen fuera de las prisiones y que tienen en muchos casos a los PRAN como hilos conductores de secuestros, extorsiones, cobros de vacunas, entre otros oprobiosos delitos.

En los últimos días quedamos conmocionados y encandilados por el estupor que causó ver a estos hombres con fusiles Ak47 entre otro armamento de guerra. Sin dudas, genera temor colectivo por la ineficiencia y flacidez de los controles policiales.

Pero esto no es lo peor. Resulta igualmente peligroso que se reconozca que en nuestras cárceles se haya permitido la construcción de un engranaje perfecto para cometer delitos informáticos.  Me atrevo a decir que es incluso más peligroso para los ciudadanos este tipo de ilegalidades que la ya asombrosa dotación de armamento de los reclusos.
Más información en la edición n° 105 de Hormiga Analítica

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