Las repetitivas, pero siempre atractivas presentaciones de Steve Jobs, parecieran conmocionar a toda la prensa mundial. Del imán del líder del Apple con los medios, depende para así decirlo, buena parte del éxito de sus anuncios.
A pocos meses de anunciado el iPAD, pocos podrían decir que la llegada del iPhone 4 no era la más esperada del año. No sólo por las características del dispositivo, que podía poner a temblar a buena parte de la industria celular y por qué no decirlo de muchos modelos de negocios de los operadores.
Más allá de estas repercursiones, el morbo colectivo estuvo centrado en el propio Jobs. Hace escasamente dos meses, a pocos días del inicio de las ventas de iPAD, el prestigioso portal Gizmodo desvelaba lo que para el genio creador de Apple era su mayor tesoro. La historia detrás de tal develación fue digna de las películas de espías de la guerra fría: un robo en un bar a un ejecutivo de Apple medio borracho; seducción y sexo a ese eufórico gerente que celebraba su cumpleaños e incluso un simple despiste del agasajado cumpleañero que dejó botado el regalo de su jefe, el iPhone4.
Gizmodo, que pagó 5 mil dólares por el equipo, no sólo tuvo que devolverlo, luego de publicar en el portal y en Youtube buena parte de las bondades del móvil. Denuncias, allanamientos y demás acciones tuvieron una última consecuencia: Apple no los invitó al lanzamiento. ¿Hacía falta?
¿Cuál era ese tesoro que tanta molestia causó en Apple? ¿Era el iPhone 4? No, era la expectativa, de la cual dependía hasta ahora buena parte del éxito mercadotécnico de Steve Jobs. Sin embargo, y pese a no llevarse la exclusiva, Gizmodo contribuyó en reforzar el interés por el nuevo móvil y en parte, a reforzar aún más la capacidad vendedora de Jobs.
Superado este conflicto, Apple dio rienda suelta a la nueva estrategia detrás del iPhone 4 que no es otra que desprenderse de los demás Smartphone y superar en menos de un año a su principal rival en este creciente mercado: la canadiense Research In Motion.
Pero más allá de esas estrategias comerciales, el iPhone 4, da el primer paso en una serie de continuos avances que la industria móvil celular seguramente comenzará a dar en los próximos meses y años.
No es casualidad que el lanzamiento del nuevo icono de Apple se realizara en un evento de desarrolladores, tampoco lo es que la plataforma para la craeción de anuncios publicitarios iAD haya sido presentada también en este dispositivo-como lo fue con el iPAD-
Tampoco es por fortuna, ni por acción del destino que buena parte de las capacidades multimedia del iPhone 4 estén habilitadas sólo para redes Wifi como las video-llamadas. ¿Pero será que queda espacio para la duda? No se puede dejar de recordar que hace menos de una semana Skype y Apple lanzaron su aplicación para los hermanos mayores del iPhone 4.
La jugada de Apple está clara, así, como han sido recelosos en su estrategia comercial al atar al móvil con algún operador; también demuestran que no están ni un poco interesados en dejar el lucrativo negocio de los contenidos por fuera o en manos de grandes como AT&T, Verizon o Vodafone.
Quieren hacerse un espacio. Si hace tres años innovó y cambió los paradigmas del diseño de los móviles; ahora Apple apostará por remodelar el negocio de los operadores. Acelerar un cambio que desde hace tiempo se anuncia y que Jobs terminó de forzarlo.
Si el diseño sigue siendo pieza clave del garbo de Apple, la otra gran apuesta del nuevo iPhone está en la plataforma; el nuevo sistema operativo iOS que sustituye al iPhone OS, pareciera ser el paso más adelantado que la industria móvil realiza: permitir usos multitarea, sólo soñados por otros sistemas operativos, por si solo es un gran diferencial que se adecua más al usuario dinámico y alto consumidor de tecnología.
Este sistema operativo le permite a Apple darse lujos en el diseño y en la convergencia de tecnologías. Un Smartphone de avanzada que volverá a rediseñar los preceptos de la industria móvil.
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