Ondas hertzianas:  ¿Al servicio público o del Gobierno?


Las nuevas prórrogas en el uso del espectro radioeléctrico de televisoras genera dudas sobre las variables que considera Conatel para otorgar las concesiones en Venezuela. También nos dice, forma tácita, que el apagón analógico en Venezuela, no ocurrirá en los próximos 5 años, con lo cual podríamos retrasarnos con relación a otros países de la región




Heberto Alvarado Vallejo
@ heberto74

Para muchos venezolanos el espectro radioeléctrico, define todo aquello que no nos importa conocer, no nos interesa aprender y menos escuchar o leer. Grave postura, sobre todo si de ella depende el sostenimiento de las libertades de comunicación, de información, de expresión e incluso, económicas.
En los actuales momentos de la ubicuidad humana, de la movilidad y del imperio de internet, el espectro radioeléctrico se convierte en un elemento vital para el sostenimiento incluso de la sociedad en que vivimos.
De él dependen las conexiones móviles a internet o telefonía, la radiodifusión , la televisión abierta entre otros servicios vitales, sin dudas, para millones de seres humanos. En busca del sano equilibrio la sociedad moderna confirió al Estado la potestad de administrar el uso del espectro radioeléctrico.
Son ellos quienes deben decidir en qué momento asignar o no una concesión de alguna banda del espectro para algún uso específico. Esta decisión se toma, por el rol protagónico que tiene para la sociedad el uso de dicho espectro radioeléctrico. Sin el debido control, el manejo, a partir de intereses más económicos que sociales podrían enquistarse; de ello surgirían enormes flagelos y sobre todo una sociedad con valores invertidos.
Los Estados de  todo el mundo delegan en entes autónomos la potestad de administrar dicho espectro. Hacer lo contrario generaría otro riesgo, aún mayor. Permitir que el Gobierno de turno administre el uso de las ondas hertzianas sería un riesgo, pues, abriría las puertas a la autocensura, la ausencia de críticas constructivas y al manejo a partir de intereses políticos de dicho espectro radioeléctrico.
El Estado cumple el papel de árbitro. Los entes reguladores de las comunicaciones son poderes autónomos, independientes del Estado y de cualquier otro interés; ellos se aseguran que los canales públicos, ejerzan una función formadora de la sociedad, inculcando los principios culturales, morales y humanos.
Los reguladores, como entes autónomos, tienen una postura firme, sin parcialidades. No pueden recibir presiones de los grupos de poder, bien sean económicos, políticos o ambos.  Estas posturas les permiten conocer sin presiones las verdaderas necesidades de sus países; a partir de ese conocimiento, toman decisiones y fijan políticas en función del beneficio colectivo.
Es por ello, que un ente regulador autónomo tiene plena potestad para otorgar concesiones e incluso culminarlas, a partir de las evaluaciones que realice a los prestadores de servicio de telecomunicaciones que obtienen espectro radioeléctrico.
Los países que tienen entes reguladores autónomos e independientes,  generan confianza. No sólo a los inversionistas que desearán generar ganancias, también se la generan a los empresarios, pues, pueden atacar segmentos poblaciones de interés y hacer un sano uso del espectro.
Con la llegada de la televisión Digital Terrestre estas opciones se incrementan. Se libera espectro y se digitaliza la señal; en conclusión, en el espacio donde sólo podía transmitirse la señal de un solo canal ahora puede haber cuatro, dos o un canal. El número dependerá si se decide tener Alta Definición o Definición estándar para la emisión de la señal.
En muchos países que ya apostaron a la TV Digital Terrestre ha comenzado una verdadera revolución. Se buscan contenidos, necesario para alimentar a los canales nacientes. También se libera espectro en bandas muy apetecibles para las operadoras móviles, como son las ubicadas en los 700Mhz.
Sin entrar en muchos detalles técnicos, esto quiere decir, que al sumarse la confianza con una oportunidad tecnológica de evolución ocurre un efecto positivo. Muchos países comienzan a recibir inversiones en áreas telemáticas. Una acción que trae captación de empleo calificado y sobre todo modernidad para la sociedad.
En toda esta dinámica el papel del ente regulador de las telecomunicaciones es clave. De sus acciones depende que los contenidos generados, los compromisos de cobertura y calidad del servicio sean los idóneos.
En ningún caso, los reguladores, toman un papel político. Hacerlo, contamina la sanidad del sector y obviamente bloquea las opciones. Es peor aún, cuando, apalancados en su poder, comienzan a hacer manejo político del espectro radioeléctrico.
Otorgar concesiones a corto plazo, por ejemplo de cinco años, limita la capacidad de inversión de los operadores. En el caso de la televisión, es evidente el peso que tiene dicho lapso. En Venezuela, por ejemplo, la seña de televisión abierta es pésima y simplemente es sustituida por la televisión paga, que ha experimentado un crecimiento exponencial en los últimos 5 años.
Oprobioso y Lamentable
En Venezuela, está ocurriendo una situación en extremo peligrosa. Recientemente la Comisión Nacional de Telecomunicaciones renovó por 5 años la concesión a Venevisión. Canal que desde hace más de 5 años, bajó la postura crítica al Gobierno en sus noticiarios. En pro de un "equilibrio", el medio de comunicación, sacó de su programación programas críticos y ubicó una programación, más encaminada  a la farándula, las telenovelas y a la promoción de sus programas de variedades.
La calidad de estos contenidos, podrían hacernos entrar en una discusión extensa, sobre si son sanos o no para encaminar un valor nacional necesario. Definir si el valor es ser una modelo, hablar de banalidades es tan importante como promover el culto a la homosexualidad y la prostitución , sería caer en temas muy álgidos con muchos defensores.
No se trata de esto. Simplemente se advierte que los contenidos del canal son mayoritariamente contrarios al deber ser.
Por ello sorprende como el director de Conatel explica abiertamente que los contenidos de este canal estaban ajustadas." Las actividades del prestador de servicio están enmarcadas en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, las leyes del sector y los valores democráticos, éticos y morales que se le encargan a los concesionarios"
La postura, sin la menor crítica, obliga a pensar que los manejos de estas concesiones se hacen a partir de los intereses del Estado-Gobierno. No hay la menor intensión de revisar a fondo los contenidos. Simplemente se aprueba o no una concesión televisa por la forma de comportarte ante el poder establecido.
Esta posición se confirma con las mismas declaraciones de Pedro Maldonado, cuando se refirió al caso Radio Caracas Televisión. El director de Conatel acudió a la ley para explicar lo inexplicable: "la no prórroga de cualquier concesión de radio o de televisión es una potestad unilateral del Estado venezolano, en el caso de RCTV, hace cinco años se tomó la decisión ajustada a la Constitución y a las leyes de no prorrogar la concesión, ningún medio de comunicación es propietario de la libertad de expresión, el espectro radioeléctrico a través del cual transmite su programación es un bien de dominio público, de todos los venezolanos, administrado a través del Estado”
Un argumento válido, pero que abre un compás de preguntas. ¿Por qué el ente regulador siente potestad de determinar cómo se utiliza la libertad de expresión? ¿Por qué reconoce que la postura crítica de RCTV fue un factor clave para no renovar su espectro? ¿Por qué si el espectro es un bien de dominio público, no se consultó a los ciudadanos si era necesario quitar del aire la señal de un canal que estuvo más de 50 años en el aire?
No se trata de defender abiertamente a un medio de comunicación que tuvo serias fallas en el uso del espectro. Los contenidos de RCTV iban en franco deterioro y requerían una revisión. No sólo por sus programas de opinión y de entrevistas.  También por sus demás contenidos que ocupaban más del 80% de su programación.
Si Conatel no hubiese renovado la concesión de RCTV por la violación de las leyes de la república, por la mala programación o por la promoción de antivalores, nadie podría estar en desacuerdo del fin de la transmisión. Pero, su salida del aire, no vino acompañada de una mejora de los contenidos de los demás medios que simplemente siguen haciendo contenidos muy cuestionables.
Hacer entonces del espectro radioeléctrico y de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones, un esbirro que cumple órdenes del poder político establecido, es tan peligroso como cercenar de cuajo las libertades de expresión.
En el futuro cercano, cuando se genere el apagón analógico y se inicie la Televisión Digital Terrestre, habrá más peligro. Los prestadores de servicio de radiodifusión apelarán a la autocensura, bajarán la cabeza y no tendrán posturas críticas.
Los medios que se atrevan a hacerlo, simplemente no tendrán espectro radioeléctrico y luego verán contados sus días en la televisión por suscripción, o incluso internet. Ojalá me equivoque
¿Y la televisión Digital?
Cinco años de concesión, también nos indica que los plazos para el apagón analógico en Venezuela también se prorrogan. Sabemos, lamentablemente no por información oficial, que los canales de televisión que mantuvieron una postura no crítica ante el Gobierno recibirán espectro para realizar sus pruebas en el estándar ISDB-T.  Sin embargo, se desconoce el inicio de dichas pruebas; sólo los medios oficiales, en especial Venezolana de Televisión, inició desde el año pasado la transmisión en el Valle de Caracas.
También se desconoce si en estos tres años, luego de la decisión por el estándar japonés, el gobierno venezolano realizó pruebas en otras ciudades del país. Las s que se realizaron entre 2008 y 2009   sólo ocurrieron en algunos sectores de la capital.
Flaco servicio, sin dudas, para el dividendo digital, que se genera con la liberación del espectro de 700Mhz, muy demandado en la industria de telecomunicaciones mundial para desplegar banda ancha móvil en zonas geográficas poco habitadas. Un eslabón clave para la LTE y su evolución.
Si bien es cierto que los despliegues iniciales de la tecnología de Cuarta Generación se realizarán en otras bandas, es necesario ampliar las oportunidades de los oferentes de los servicios de próxima generación. Esto se logra con claridad y fechas inamovibles.
También debemos considerar, que luego de tres años de decidida nuestra migración a la televisión digital,  no hay una definición de cómo será el uso de la señal. Es decir, si se utilizará un canal HD (High Definition) o serán dos o tres canales SD (Estándar Definition) .
La indefinición y la ausencia de información sobre estos puntos genera incertidumbre.                                                                                                    

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