Un nuevo patio trasero

Hace aproximadamente tres meses vimos como Colombia se apoderó del cuarto puesto entre las economías más desarrolladas de América del Sur. Un logro enorme que es consecuencia de un trabajo serio entre el empresariado colombiano, los trabajadores y el Gobierno.
Colombia crece y lo hace rápidamente. Saben los vecinos que el mundo le exigirá a América del Sur más que sus riquezas naturales. El impulso que le está dando Brasil al nuevo enfoque regional se pierde de vista y por eso se toman medidas aceleradas para acelerar la economía neogranadina.
En este enfoque, saben las autoridades colombianas que el aporte más importante para la competitiva estará en el desarrollo del conocimiento de su pueblo; en el impulso de las tecnologías de la información y en la formación digital de los ciudadanos.
Una política de Estado que permita a Colombia ser un foco de inversiones y de negocios de la era digital. El software, y la industria alrededor de él serán los grandes ganadores; por eso, esta nación también se esfuerza por depurar su protección a la propiedad intelectual,  se debe garantizar a toda costa, que los creadores quieran crear.
Nuestros vecinos, tienen prioridades, apostar al TLC con Estados Unidos, fue una necesidad que Colombia tenía para que su economía, diversificada como lo está, tuviera mejores opciones para competir.
La industria textil, por ejemplo, es tan famosa como los Café "Juan Valdez" que compiten con Starbucks en el reñido mercado norteamericano. Colombia se desarrolla y posiblemente en menos de una década, la nación supere este cuarto lugar, donde se acomodó Venezuela durante mucho tiempo.
¿Dónde estará Venezuela? difícil predecirlo. Por lo vivido en los últimos 15 años, pudiéramos aseverar que nuestra nación estará compitiendo con Bolivia y Paraguay como una de las economías menos desarrolladas de Sudamérica.
La exagerada dependencia hacia el petróleo, el bloqueo económico que sigue siendo el control de cambio, la desprotección a la propiedad intelectual y el derecho de autor y el enfoque militarista de las políticas públicas pueden ser el mejor ejemplo de un futuro de retrocesos.
Es por eso que vi con especial preocupación la entrada de Venezuela en el Mercosur como miembro pleno. Sin dudas seremos vistos como el suplidor de materias primas, barato y luego el comprador de bienes y servicios finales, más bondadoso que los gigantes del bloque (Brasil y Argentina) hayan tenido en su historia.
Cuánto le costó al país la entrada al Mercosur, es algo que aún no podemos cuantificar. Sí podemos decir, que dadas las circunstancias actuales, donde la economía se mueve al ritmo de los intereses políticos,  la entrada a este subsistema nos adormecerá complemente.
Un ejemplo que no podemos dejar de apuntar son los acuerdos binacionales entre Venezuela y Argentina, donde nuestro país cerró sus ojos a las propuestas de industrialización que llegaron de Japón para desplegar la TV Digital. Dinero y conocimiento que ahora pagaremos a los gauchos, en lugar de recibirlo "gratis" por los japoneses.
Otro, son los sendos proyectos de construcción que se realizaron con Brasil, durante la época de Luis Ignacio "Lula" Da Silva

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