Richard Stallman: ¿soñador o mercader del software libre?
La vigencia del retórico discurso del Software libre o privativo pareciera encenderse sólo en Venezuela. El mundo avanza a sistemas integrados e interoperables, no dependientes de una plataforma. El Gurú, promotor del GNU/Linux postula que el software libre debe ser el único sistema operativo que se aprenda en las escuelas; obvia el informático, que la libertad primigenia es la de elección
Heberto Alvarado Vallejo
@Heberto74
@Heberto74
Durante su participación en el cierre de la 8va edición del
Congreso Nacional de Software Libre (CNSL) 2012, el fundador del Movimiento del
Software Libre, Richard Stallman, exhortó al Estado Venezolano a ser más severo
con el uso del sistema Canaima GNU/Linux, hasta el punto de evitar que
cualquier computador fabricado para los proyectos del Estado puedan utilizar
otro tipo de programa informático.
Las palabras de Stallman, poco se adecuan a las realidades
de la actual era de la computación, donde los sistemas operativos, tal cual los
conocemos, están pasando a un segundo plano.
Bien lo adelantó ChromeOS, la precoz oferta de Google,
esbozó un ambiente totalmente en la nube, en el cual el sistema operativo
pasaba a ser un puente de conexión más que un ecosistema.
Pero quizás lo más preocupante de los señalamientos de este
gurú es que insiste en decir que las cuatro libertades del software libre, están
por encima de la libertad de elegir. La libertad por imposición, es una enorme
mentira que lejos de generar condiciones para el libre acceso al conocimiento,
lo limita, coarta y degrada a una sola manera de ver el mundo del software.
Sobre el software libre en Venezuela he hablado bastante.
Varios años de investigación, conversaciones con las distintas visiones
alrededor de este tema me hicieron llegar a la conclusión, que lo ideal es dar
al usuario las opciones, para que luego pueda decidir con qué sistema operativo
quiere usar su computadora.
Si el Gobierno venezolano decide continuar con la migración
al software libre, tiene libre potestad de hacerlo. Eso sí, con la necesaria
contraloría social. ¿Cuánto se ha invertido en el proceso de migración al
software libre y qué tan soberanos somos hoy día? Una pregunta que debe llamar
al entendimiento de muchos promotores de la iniciativa de migración.
Preguntas podría haber muchas. Buena parte de ellas aún sin
respuestas. Recuerdo con especial enfado los 4 millones de dólares invertidos
en el generador de código Genexus, que nos daría la potestad de crear sistemas
de base de datos e incluso un ERP libre.
La inversión, cuantiosa de por si, a la empresa de Javier
Vásquez, el hijo del otrora presidente uruguayo Tabaré Vásquez, sigue siendo un
interrogante, bien por la poca información desvelada hasta ahora, o por su
alcance o cierta necesidad.
¿Por qué la migración?
Luego del nefasto paro de 2002, la industria petrolera entró
en una crisis profunda. Intesa, encarga de manejar toda la infraestructura
informática de Petróleos de Venezuela se había sumado al paro. Por tanto, todas
las plataformas telemáticas, desde las ofertadas por Microsoft, Oracle, SAP,
Cisco, entre otros gigantes, habían quedado prácticamente desatendidas.
El contrato de servicios impedía que otra empresa que no
fuera Intesa se encargara de ordenar un mantenimiento mayor a los proveedores.
Un tecnicismo que la propia dirigencia de estas empresas se encargó en resolver
a tiempo, para evitar problemas mayores. Es decir, fueron estas gigantes, que
luego fueron descalificados por los políticos proselitistas, entre ellos el
desaparecido Luis Tascón, las que rescataron los sistemas informáticos de la
industria petrolera.
Eran los tiempos de Socorro Hernández, como responsable de la informática de la PDVSA post-paro, la hoy rectora del CNE, obtuvo notoriedad política, si bien por su fidelidad al sistema, también por la labor de las empresas que los partidarios del Gobierno califican de imperialistas.
Eran los tiempos de Socorro Hernández, como responsable de la informática de la PDVSA post-paro, la hoy rectora del CNE, obtuvo notoriedad política, si bien por su fidelidad al sistema, también por la labor de las empresas que los partidarios del Gobierno califican de imperialistas.
Recordamos como los diputados oficialistas descalificaron y sin el menor reparo, en
sendos eventos, con cientos de personas, aseguraron que por la Ley Calea, todas
estas empresas estaban obligadas a dar información al Departamento de Estado de
los Estados Unidos sobre cualquier país del mundo.
Estupor, primero por la “ensalada mental” y las ganas
enormes de confundir y alimentar la ignorancia de la gente. La Ley Calea, jamás
tocó empresas informáticas, se trató de un reglamento para impedir que
terroristas utilizaran líneas telefónicas móviles para comunicarse. Tal cual
como ocurrió con el ataque a las Torres Gemelas.
Ni Microsoft, ni Cisco, ni Oracle, que son empresas
públicas, es decir, que cotizan en bolsa de valores, pueden darse el lujo de
caer en estos temas políticos. De hacerlo, simplemente dejarían de tener
clientes, sus acciones bajarían y luego quedarían en quiebra. En países libres,
con economías libres, es impensable que esta temeraria postura tenga sentido.
Además, si fuera así, ¿por qué el Estado Chino, o el Ruso,
con motivos históricos para ser rivales geopolíticos de los Estados Unidos, no
han dejado de utilizar los sistemas antes citados. ¿Por qué Venezuela sí lo
hace?
La explicación más lógica que encontramos fue el interés de
un grupo de activistas, mejor dicho, mercaderes del software libre, que se
encargaron de avivar el sentimiento “anti-microsoft” de la comunidad de software
libre venezolana, para justificar una migración que aunque se ejecute,
simplemente es inútil.
En alguna oportunidad, indicamos que detrás de este proceso
de cambio de software se escondía un negocio que en el menor de los casos
superaría los 500 millones de dólares, sólo en capacitación de un millón de
empleados públicos. Un antiguo ministro del Gobierno, Felipe Pérez, promotor
inicial de la migración, terminó siendo criticado y vetado por la comunidad de
software libre de Venezuela.
Los señalamientos de Stallman están fuera de lugar; o el
gurú desconoce todo lo que ocurrió en casi una década de migración en
Venezuela, o su pasión por el Linux GPL/GNU es tal que se puso “gríngolas” para
no ver que el futuro de la computación no está en el los sistemas libres o
licenciados. Está en la nube, en las Apps, y en la adecuación de la oferta a
las necesidades del mercado, los consumidores y las empresas.
Si no hay pasión excesiva o desconocimiento, de parte del
señor Stallman, entonces debe haber complicidad. “La promoción que hace el
Estado venezolano del Software Libre es buena, pero debe continuar realizando
esfuerzos en esa dirección. Sé que hay un nuevo Decreto (Nº 39.633), esto es posible aumente el efecto de la
política y yo estaré muy contento si logra la migración (a Tecnologías de
Información Libres) en las empresas públicas”, expresó Stallman.
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