Una “disfrazada incursión de Telmex en el campo de la televisión satelital, enchinó los pelos de Televisa, que, con su operadora Sky domina el mercado de televisión por suscripción del país de los aztecas
Diego Cevallos (IPS)
Teléfonos de México (Telmex), del magnate Carlos
Slim, irrumpió en el negocio de la televisión satelital, un área que tiene
vedada por ley. Las compañías que dominan el sector, con el consorcio
Televisa como principal, impugnaron la incursión de la empresa telefónica.
La jugada de Slim abrió una controversia entre los más ricos y poderosos
de México, quienes aunque pregonan la libre competencia defienden
posiciones casi monopólicas.
"Dos privilegiados, en un país con millones de pobres, entraron en una
batalla que el gobierno, casi siempre débil frente a estas empresas,
deberá dilucidar", dijo a IPS Alejandro Garduño, politólogo de la
Universidad Nacional Autónoma de México.
Telmex, que controla más de 80 por ciento del mercado local de
telefonía fija y 70 por ciento de la móvil, comenzó a ofrecer el lunes 24
los servicios de televisión satelital de Dish México, que cobrará a los
abonados a través de las facturas telefónicas mensuales.
La participación de Telmex en la nueva empresa, que ofrece 25 canales,
"es ilegal y debe ser anulada", dijo este viernes Alejandro Puente,
presidente de la Cámara Nacional de la Industria de las Telecomunicaciones
por Cable (Canitec), en la que Televisa ejerce amplia influencia.
La Canitec recordó que la concesión que el Estado otorgó a Telmex en
1990, cuando la compañía fue privatizada, es exclusivamente para
telefonía.
Telmex respondió indicando que no ha puesto ni un dólar en Dish México,
que sus redes no serán usadas para transmitir televisión y que sólo fue
contratada como cobradora y comercializadora.
La estatal Comisión Federal de Telecomunicaciones recibió la denuncia
de la Canitec y anunció que emitirá un fallo en un futuro cercano.
Dish México, creada entre la mexicana MVS Comunicaciones y la
fabricante de satélites EchoStar Corporation de Estados Unidos, entró a
competir con Sky de Televisa, que ofrece un servicio similar pero con más
de 50 canales. Hasta el lunes, era el único de este tipo disponible en
México.
Con Sky y su servicio de televisión abierta, Televisa acapara 70 por
ciento de la audiencia mexicana.
Televisa, que entre sus negocios incluye publicaciones impresas y
equipos de fútbol, recibió con molestia al nuevo competidor. Junto a TV
Azteca, la otra televisora dominante en el país, negó a Dish la
posibilidad de incluir en su oferta los canales nacionales que ambas
manejan.
"Las televisoras y Telmex nunca han dudado en usar toda su artillería
para defenderse, mientras los usuarios somos sometidos a sus ofertas malas
y en muchos casos caras", afirmó Garduño.
Telmex ejerce una posición claramente dominante y es reacia a aceptar
cualquier tipo de regulación, "lo que es preocupante y por eso la
impugnamos", señaló Puente, en referencia a los recursos interpuestos por
la telefónica para evitar que la estatal Comisión Federal de Competencia
estudie su caso y ordene que sea dividida en varias empresas por su
posición monopólica.
Telmex también ha resistido la orden oficial de permitir que sus redes
sean usadas por otras telefónicas competidoras.
Pero las televisoras no se quedan atrás en su resistencia a aceptar
cualquier tipo de competencia o regulaciones.
Los legisladores mexicanos habían prometido que este año aprobarían
reformas legales para limitar el poder de los medios de comunicación
electrónicos, pero no cumplieron por temor y presiones, dijo a IPS Aleida
Calleja, vicepresidenta de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias
(AMARC).
El Banco Mundial señaló en un estudio de mayo de 2007 que el alto grado
de concentración que hay en sectores económicos clave de México, como el
telefónico, limitan la competitividad y el crecimiento económico.
Yasuhiko Matsuda, principal autor del informe "Gobernabilidad
democrática en México: Más allá de la captura del Estado y la polarización
social", recomendó a las autoridades del país limitar "la influencia de
grupos de interés", algunos de los cuales parecen "intocables".
Con 18 millones de clientes en México, Telmex viene pidiendo al
gobierno desde hace tres años un cambio en la concesión de servicios que
posee, para incursionar en el mercado televisivo a través de sus redes
digitales y así completar su oferta que ya incluye conexión telefónica y a
Internet. Aún no obtiene respuesta.
A juicio de Puente, a través de Dish, Telmex está dando el servicio de
televisión en "forma encubierta", burlando la prohibición legal.
El portavoz de Telmex, Javier Mondragón, acusó a las televisoras de
aferrarse a sus posiciones y bloquear toda "sana competencia".
A principios de octubre, en un encuentro de Slim con corresponsales
extranjeros, IPS le preguntó cómo se explica su riqueza en un país con más
de 40 millones de pobres. Molesto, respondió que ya no era tan rico pues
sus empresas habían perdido valor por la crisis financiera internacional.
Slim es la segunda persona más rica del mundo, con un patrimonio de
60.000 millones de dólares, según el listado que elabora la revista de
negocios Forbes. En el que difundió en mayo de este año, sólo lo supera el
financista estadounidense Warren Buffett, con 62.000 millones de dólares.
"Pensar que en países pobres no debe haber empresas fuertes es
perverso. En los países pobres o en desarrollo si no hay empresas fuertes
difícilmente se progresa. Es muy importante que la riqueza se maneje con
eficacia y que se cree más riqueza" en beneficio del país, afirmó Slim.
El empresario es hijo de una familia de libaneses católicos que llegó a
México a principios del siglo XX. Su padre, Julián Slim, fundó un negocio
comercial en la capital mexicana llamado La Estrella de Oriente y dedicado
a la venta de mercancías para el hogar y juguetes.
Ingeniero civil, Carlos Slim comenzó a amasar su fortuna en negocios
inmobiliarios y en inversiones en la bolsa de valores mexicana. En los
años 70 dio el primer gran salto económico de su vida al comprar Cigatam,
la mayor empresa fabricante de cigarros de México.
Matsuda constata en su informe que los multimillonarios mexicanos
lograron su patrimonio gracias a conexiones políticas y acceso
privilegiado a los mercados.
Sin mencionar a Slim ni al dueño de Televisa, Emilio Azcárraga, otro de
los hombres más ricos de México, Matsuda señala que la alta concentración
de la riqueza y poder en una reducida elite contribuyen a la percepción de
desigualdad en los segmentos menos privilegiados de la sociedad, que
exacerba la polarización política.
En México, el 10 por ciento más rico de la población concentra 35 por
ciento del ingreso, mientras que el 10 por ciento más pobre apenas percibe
1,3 por ciento.
Teléfonos de México (Telmex), del magnate Carlos
Slim, irrumpió en el negocio de la televisión satelital, un área que tiene
vedada por ley. Las compañías que dominan el sector, con el consorcio
Televisa como principal, impugnaron la incursión de la empresa telefónica.
La jugada de Slim abrió una controversia entre los más ricos y poderosos
de México, quienes aunque pregonan la libre competencia defienden
posiciones casi monopólicas.
"Dos privilegiados, en un país con millones de pobres, entraron en una
batalla que el gobierno, casi siempre débil frente a estas empresas,
deberá dilucidar", dijo a IPS Alejandro Garduño, politólogo de la
Universidad Nacional Autónoma de México.
Telmex, que controla más de 80 por ciento del mercado local de
telefonía fija y 70 por ciento de la móvil, comenzó a ofrecer el lunes 24
los servicios de televisión satelital de Dish México, que cobrará a los
abonados a través de las facturas telefónicas mensuales.
La participación de Telmex en la nueva empresa, que ofrece 25 canales,
"es ilegal y debe ser anulada", dijo este viernes Alejandro Puente,
presidente de la Cámara Nacional de la Industria de las Telecomunicaciones
por Cable (Canitec), en la que Televisa ejerce amplia influencia.
La Canitec recordó que la concesión que el Estado otorgó a Telmex en
1990, cuando la compañía fue privatizada, es exclusivamente para
telefonía.
Telmex respondió indicando que no ha puesto ni un dólar en Dish México,
que sus redes no serán usadas para transmitir televisión y que sólo fue
contratada como cobradora y comercializadora.
La estatal Comisión Federal de Telecomunicaciones recibió la denuncia
de la Canitec y anunció que emitirá un fallo en un futuro cercano.
Dish México, creada entre la mexicana MVS Comunicaciones y la
fabricante de satélites EchoStar Corporation de Estados Unidos, entró a
competir con Sky de Televisa, que ofrece un servicio similar pero con más
de 50 canales. Hasta el lunes, era el único de este tipo disponible en
México.
Con Sky y su servicio de televisión abierta, Televisa acapara 70 por
ciento de la audiencia mexicana.
Televisa, que entre sus negocios incluye publicaciones impresas y
equipos de fútbol, recibió con molestia al nuevo competidor. Junto a TV
Azteca, la otra televisora dominante en el país, negó a Dish la
posibilidad de incluir en su oferta los canales nacionales que ambas
manejan.
"Las televisoras y Telmex nunca han dudado en usar toda su artillería
para defenderse, mientras los usuarios somos sometidos a sus ofertas malas
y en muchos casos caras", afirmó Garduño.
Telmex ejerce una posición claramente dominante y es reacia a aceptar
cualquier tipo de regulación, "lo que es preocupante y por eso la
impugnamos", señaló Puente, en referencia a los recursos interpuestos por
la telefónica para evitar que la estatal Comisión Federal de Competencia
estudie su caso y ordene que sea dividida en varias empresas por su
posición monopólica.
Telmex también ha resistido la orden oficial de permitir que sus redes
sean usadas por otras telefónicas competidoras.
Pero las televisoras no se quedan atrás en su resistencia a aceptar
cualquier tipo de competencia o regulaciones.
Los legisladores mexicanos habían prometido que este año aprobarían
reformas legales para limitar el poder de los medios de comunicación
electrónicos, pero no cumplieron por temor y presiones, dijo a IPS Aleida
Calleja, vicepresidenta de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias
(AMARC).
El Banco Mundial señaló en un estudio de mayo de 2007 que el alto grado
de concentración que hay en sectores económicos clave de México, como el
telefónico, limitan la competitividad y el crecimiento económico.
Yasuhiko Matsuda, principal autor del informe "Gobernabilidad
democrática en México: Más allá de la captura del Estado y la polarización
social", recomendó a las autoridades del país limitar "la influencia de
grupos de interés", algunos de los cuales parecen "intocables".
Con 18 millones de clientes en México, Telmex viene pidiendo al
gobierno desde hace tres años un cambio en la concesión de servicios que
posee, para incursionar en el mercado televisivo a través de sus redes
digitales y así completar su oferta que ya incluye conexión telefónica y a
Internet. Aún no obtiene respuesta.
A juicio de Puente, a través de Dish, Telmex está dando el servicio de
televisión en "forma encubierta", burlando la prohibición legal.
El portavoz de Telmex, Javier Mondragón, acusó a las televisoras de
aferrarse a sus posiciones y bloquear toda "sana competencia".
A principios de octubre, en un encuentro de Slim con corresponsales
extranjeros, IPS le preguntó cómo se explica su riqueza en un país con más
de 40 millones de pobres. Molesto, respondió que ya no era tan rico pues
sus empresas habían perdido valor por la crisis financiera internacional.
Slim es la segunda persona más rica del mundo, con un patrimonio de
60.000 millones de dólares, según el listado que elabora la revista de
negocios Forbes. En el que difundió en mayo de este año, sólo lo supera el
financista estadounidense Warren Buffett, con 62.000 millones de dólares.
"Pensar que en países pobres no debe haber empresas fuertes es
perverso. En los países pobres o en desarrollo si no hay empresas fuertes
difícilmente se progresa. Es muy importante que la riqueza se maneje con
eficacia y que se cree más riqueza" en beneficio del país, afirmó Slim.
El empresario es hijo de una familia de libaneses católicos que llegó a
México a principios del siglo XX. Su padre, Julián Slim, fundó un negocio
comercial en la capital mexicana llamado La Estrella de Oriente y dedicado
a la venta de mercancías para el hogar y juguetes.
Ingeniero civil, Carlos Slim comenzó a amasar su fortuna en negocios
inmobiliarios y en inversiones en la bolsa de valores mexicana. En los
años 70 dio el primer gran salto económico de su vida al comprar Cigatam,
la mayor empresa fabricante de cigarros de México.
Matsuda constata en su informe que los multimillonarios mexicanos
lograron su patrimonio gracias a conexiones políticas y acceso
privilegiado a los mercados.
Sin mencionar a Slim ni al dueño de Televisa, Emilio Azcárraga, otro de
los hombres más ricos de México, Matsuda señala que la alta concentración
de la riqueza y poder en una reducida elite contribuyen a la percepción de
desigualdad en los segmentos menos privilegiados de la sociedad, que
exacerba la polarización política.
En México, el 10 por ciento más rico de la población concentra 35 por
ciento del ingreso, mientras que el 10 por ciento más pobre apenas percibe
1,3 por ciento.
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