Paraguay decidió adoptar la norma nipón–brasileña o ISDB-T (Integrated Services Digital Broadcasting Terrestral) para el servicio de TV digital terrestre, según el decreto 4.483 del Poder Ejecutivo que se dio a conocer ayer.
La medida fue tomada basándose en la necesidad de definir la norma tecnológica a ser empleada en la digitalización del espectro radioeléctrico, a la que deberán ajustarse todos los canales de televisión abierta.
El objetivo es mejorar la calidad técnica, mayor calidad y variedad de servicios, ofrecer nuevos servicios de información e inclusión social, eficiencia y recuperación del espectro y fomentar el desarrollo industrial y el crecimiento económico, entre otros.
Se estima que el país demoraría aproximadamente diez años para transmitir señal digital plena.
VENTAJAS
La norma ISDB-T ofrece ventajas económicas y técnicas, como: buena recepción de la señal digital, tanto en las ciudades como zonas rurales, es decir tiene una cobertura geográfica más amplia; los equipos son más baratos; ofrece imagen y sonido de alta calidad; puede realizar servicio de multiprogamas en un mismo ancho de banda de 6Mhz de un canal; es interactiva; es un sistema mucho más fuerte ante las interferencias. Además, ofrece mejores ventajas de portabilidad y movilidad, es decir, puede recibir señal en un TV móvil, celular y otros aparatos portátiles, entre otros.
Además, el gobierno japonés ofrece a Paraguay financiamiento económico y capacitación técnica.
De esta manera, Paraguay toma rumbo para iniciar el proceso de apagón tecnológico, tal como lo vienen realizando varios países de la región. La decisión se tomó luego de que un Consejo Consultivo analizara las ventajas y desventajas de los estándares existentes, la europea DVB-T (Digital Video Broadcasting – Terrestrial) y la americana ATSC (Advanced Televisión System Comité).
El mismo decreto ordena a la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel), a partir de ahora, realizar los análisis de las cuestiones técnicas y regulatorias para su aplicación.
Además, esos criterios están alineados con las recomendaciones de la Comisión Interamericana de Telecomunicaciones (Citel) de la Organización de Estados Americanos (OEA).
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