Canaima electorero


El proyecto Canaima educativo, que cerrará este 2010 su sexto año de promoción por parte del Gobierno Nacional, pareciera girar alrededor del clima político del país. Sólo basta comparar lo ocurrido en los últimos años; cada vez que se acerca un proceso electoral, el Presidente Chávez acelera la promoción de las Classmate PC. ¿Cuántas veces ha salido el primer mandatario haciendo uso del poder mediático del Estado, exhibiendo los equipos? Infinitas, pero repito, siempre en momentos claves para su imagen.

Lo ocurrido en el Aló Presidente #367 fue un ejemplo de lo anterior, sólo que ahora la campaña electoral comenzó dos años antes. La pérdida del voto popular, movió las bases del “chavismo”; ahora, con un discurso más humano, que comprende y entiende las necesidades de la clase media, esperan reconquistar los espacios que se perdieron, por descuido o desinterés.

Si por un lado los problemas de la clase media son ahora objeto de dedicación del Estado- ya era hora- por el otro, pareciera que el Canaima Educativo ya debe ser una realidad y no un proyecto socialista. Esa clase media, que está educada y que no es fácil de persuadir, quiere soluciones y no promesas. Sin dudas, un reto para un Gobierno, que se acostumbró a vender esperanzas y achacar en otros sus propios vicios.

Sin embargo, y a pesar de que el propio Presidente ratificó que las Canaima Educativas cerrarán con una producción de 355.786 mil computadoras que serán utilizadas por niños de primer y segundo grado, la cifra no es ni la sombra de lo proyecto por el Gobierno, y menos de lo que pudo lograrse con un trabajo articulado con empresas privadas, alcaldías y gobernaciones.

Lejos están los días del año 2007, cuando el Presidente exhortó a la otrora presidenta de la CANTV Socorro Hernández, a tener listas las primeras 500 mil computadoras para el cierre de aquel año.

La planta de ensamblaje que sería enorme, con capacidad de producir 500 mil PC en un año, se reducirá a los espacios de la base aérea Francisco de Miranda en La Carlota: "En La Carlota hay muchas instalaciones disponibles. De hecho, allí está naciendo un núcleo de desarrollo científico, donde se encuentra la fábrica de computadoras, gracias a la transferencia tecnológica con China, y de celulares Orinoquia. Eso seguirá creciendo en el corazón de Caracas", dijo Chávez, durante su visita a las instalaciones de la empresa portuguesa JP Sá Couto, responsable de la producción de los equipos, realizada en octubre pasado.

Con esta empresa, y con el propio Gobierno portugués hubo inconvenientes. Primero por los montos finales del acuerdo definitivo y segundo, por el total de equipos que se ensamblarían en el país y los que se adquirirían directamente a Portugal.

Debe recordarse que la intención del Gobierno era ensamblar, en una planta que no se había construido, medio millón de equipos en seis meses. Generación de empleos, transferencia tecnológica e igualdad de oportunidades fueron las bases del discursos.

Tres años después de ese anuncio, el 25 de Octubre el Presidente Chávez indicó que hasta esa fecha habían llegado a la nación venezolana 800 mil computadoras Canaima, al mismo tiempo adelantó que en diciembre llegarían otras 875 mil máquinas para satisfacer las necesidades educativas de la población en edad escolar.

Es decir, en tres años, ni se logró la cifra de un millón de computadoras en manos de los niños, ni se creó la planta de ensamblaje. El mayor logro en cinco años de proyecto es el reciente anuncio de la ministra del Poder Popular para la Educación Jennifer Gil, quien dijo en el pasado Aló Presidente que se han entregado aproximadamente 228 mil unidades.

Si bien llegarán a Venezuela, más de un millón 600 mil unidades, cifra que suena apabullante, debemos insistir que no generó empleos en el área donde inicialmente se justificó la erogación de cientos de millones de dólares de la República.

Cabe preguntarse si en lugar de buscar apoyo de los lusos, hubiésemos concertado a la industria nacional, que tiene mucha experiencia en la fabricación de PC, para establecer una meta fijada a 5 años. De haberse realizado ese consenso, seguramente no sólo estaríamos satisfaciendo la demanda local, sino que comenzaríamos a exportar nuestras Classmate a otras naciones de América Latina o de África, que tanto parece querer apoyar el Gobierno Nacional.

Sin embargo, seguimos teniendo Fe en este proyecto, que sin dudas, es un paso de gigantes para la formación de las próximas generaciones ante los retos de la sociedad del conocimiento. Carrera que seguirá teniéndonos en un segundo o tercer lote de países, si el Gobierno sigue empeñado en trabajar solo, sin buscar apoyo en la sociedad civil.

También debemos mencionar y poner ojo avizor en los contenidos. Lo visto en el Aló Presidente de Ayer, dejó en claro la pobreza de recursos gráficos disponibles para ambientar la interactividad, bastión de la educación digital. Es también preciso recordar la denuncia que hiciéramos hace unos meses, sobre la influencia cubano-castrista en el manejo de los contenidos de historia y geografía. Una ideologización hacia la izquierda que en nada se parece a la educación amplia, crítica y libre de dogmas que siempre hemos querido tener en Venezuela.

Otras naciones, se han complicado menos, estimularon la industria nacional del software y el hardware con sus respectivos proyectos del PC Escolar. Algunas como Chile son referencia en el mundo y logran exportar sus productos de software y sus PC, pues, existen contenidos universales que también se pueden comercializar.

Sin retórica

Los cientos de millones de dólares que se han invertido para traer el Classmate PC a Venezuela sin dudas pudieron servir para atender otras prioridades de la nación. En especial en la infraestructura escolar. Muchas escuelas nacionales no tienen acometidas eléctricas, algunas incluso, “se pegan” a tomas de calle para poder cubrir sus necesidades de luz. Otros planteles carecen de líneas telefónicas y algunos otros de espacio físico para aulas. Muchos de nuestros niños reciben clases debajo de árboles en pisos de tierra y a la intemperie.

Con el esfuerzo colectivo de empresas, gobiernos locales, regionales y el propio Gobierno Central, seguramente muchos de estos males se hubieran resuelto y con fondos multimillonarios para respaldarlos, se hubiese dado aval y peso estratégico a un proyecto mucho más amplio que comprar equipos y una falsa transferencia tecnológica a otro país, que sí se beneficiará del dinero de la patria

Sacar cuentas

El monto total del ahora llamado Plan Canaima sigue siendo incierto. Si sólo nos remitimos al precio de los Classmate PC, que rondan los 250 a 300 dólares, se podría hablar de un proyecto multimillonario de casi dos millones de PC, es decir, entre 500 a 600 millones de dólares. Esto sin mencionar, la instalación de la planta de ensamblaje y las horas hombres de trabajo en la creación de aplicaciones educativas, algunas necesarias, otras no. El proyecto podría rondar los 800 a mil millones de dólares. ¿Beneficio para el pueblo?

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