Nokia: ¿Resurrección o caída del gigante?


Tras una caída abrupta de 12% en sus beneficios netos en 2010, la empresa planea retomar las riendas de un negocio que evolucionó a un ritmo más acelerado que el que previó el líder del mercado mundial. Ahora, bastará saber si los cambios llegaron a tiempo y si las nuevas estrategias son acertadas, palabras más o menos 2011 será clave para la corporación


Heberto Alvarado Vallejo

En abril de 2005 la turística ciudad de Cancún albergó uno de los eventos más importantes que Nokia realizaba exclusivamente para la prensa Latinoamericana. Durante dos días la corporación que ostentaba un creciente liderazgo mundial, luego de desplazar a Motorola, compartió las directrices de su futuro. Dio a conocer el lanzamiento de la Serie N, como categoría exclusiva de teléfonos multimedia, capacitados con lo mejor de la tecnología fotográfica y diseño vanguardista.

Eran los años de la moda del megapixel, de las pantallas de miles de colores. Los años que auguraban para Nokia el período de oro de la corporación finlandesa. Un momento para los cuales los fineses se prepararon firmando importantes acuerdos con prestigiosas corporaciones como la alemana Carl Zeiss que garantizó la mejor óptica en cámaras fotográficas para un teléfono móvil.

El período fue apabullante para Nokia, que de un tajo pasó a rozar el 50% de penetración del mercado mundial de celulares. Solo Estados Unidos, Corea, Japón y China parecían resistirse a los encantos de sus celulares que eran en la época los que mejor sistema operativo ofertaban, más por su sencillez de uso que por otros atributos. El negocio CDMA, donde Nokia no tenía mucha presencia, seguía siendo fuerte en esos mercados y la oferta finlandesa sencillamente no convencía del todo.

Un año después del evento en Cancún, en febrero de 2006, la ambición y necesidad de Nokia por conquistar ese pequeño, pero sólido mercado CDMA parecía consolidarse con el anuncio de crean una empresa común con Sanyo que operaría en Osaka, Japón y en San Diego, California. A los cuatro meses de este anuncio, Nokia desistió de la idea, pues no era rentable abrir una producción de equipos CDMA, muy costosa, si el éxito no estaba garantizado.

La decisión vino de la mano con el fin de las apuestas a esta tecnología y la concentración directa en GSM y sus evoluciones.

Pero Nokia y el resto de la industria, que apostaba por hacerse fuerte en Estados Unidos y desbancar a Motorola, no se preparó para soportar el impacto que un año después vendría con la aparición del iPhone, en 2007. El móvil que revolucionó la telefonía celular, sacudió a toda la industria y marcó distancias entre sus rivales.

La era táctil que inició el iPhone difícilmente fue emulada en calidad y tecnología por alguno de los cientos de teléfonos que se lanzaron para hacerle peso al poderoso Smartphone de Apple, que sigue siendo un icono en todo el mundo.

Para Nokia la llegada del iPhone significó un cierre de puertas casi definitivo para sus pretensiones de hacerse líder de las ventas en el primer mercado del mundo, Estados Unidos. A esto se le sumó la agresiva y bien estructurada estrategia de Samsung, otrora cuarto competidor global, que poco a poco comenzó a roncarle en la cueva a Nokia, es decir, le quitaba mercado donde los finlandeses eran líderes: Europa.

Para 2008, las tendencias demostraban que los años del megapixel, la resolución de pantalla y el almacenamiento comenzaban a pasar a un segundo plano. El iPhone demostró que los contenidos y una tienda de aplicaciones eran clave para el negocio y claro está de esa oferta dependería el éxito o fracaso de una marca

“Seremos ahora una empresa de Internet, fue el desafío que Nokia se planteó y que no escatimó en divulgarle al mundo, con el lanzamiento de OVI, el portal donde convergerían una serie de servicios de valor agregado: aplicaciones, música, video, correo electrónico. Auspiciaban una bien valorada intención de hacer de sus teléfonos la primera fuente de acceso a internet de millones de seres humanos.

OVI, comenzó por todo lo alto con el lanzamiento del N-97, en 2009, móvil que sirvió de imagen a la plataforma y daba fe de un gran Smartphone, capacitado con los atributos para hacerlo líder del mercado.

Pero el móvil no llenó las expectativas comerciales de Nokia, a pesar de ser un producto robusto: 32Gb, conectividad 3,5G y Wifi, pantalla táctil, un teclado completo deslizante, GPS y una cámara con óptica Zeiss.

Entre los motivos que podrían sumarse al poco impacto relativo del móvil pueden estar la llegada de más competencia, representada también por el posicionamiento que comenzaban a tener los BlackBerry como equipos no sólo empresariales en mercados claves para Nokia, como América Latina.

La crónica completa en el Semanario Digital Hormiga Analítica N°83

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