Industria quedó en deuda con la conectividad inalámbrica

El acceso a internet, en cualquier parte, es la gran materia pendiente; los esfuerzos gubernamentales o no existen o son insuficientes


El año que recién culminó fue testigo de importantes pasos que dio la industria mundial de la telemática para acelerar el uso de las Tecnologías de la Información de la humanidad, bien para llevar acceso a Internet a países empobrecidos o para evolucionar los servicios en las naciones con más progreso.


El reto es que más de 3 mil millones de seres humanos, que aún están excluidos de las bondades de la Sociedad del Conocimiento, se integren, participen y logren, a través de sus propios talentos, el progreso. Desde que arrancó 2008 grandes líderes como Bill Gates, anunciaron que estábamos iniciando la segunda era digital, esa en la que el software jugará un rol crucial en las diversas tareas que realiza el hombre. Otros como Paul Ottellini, CEO de Intel, manifestaron que el masificar el acceso a la banda ancha era condición sine qua non para poder reducir la brecha digital, al que prefiero llamar como equidad digital, dado que el uso de las tecnologías es proporcional a las ocupaciones, edades e incluso intereses de los hombres.


Ottellini e Intel cumplieron su palabra, en 2008 liberaron los procesadores ATOM, que permitieron la entrada en escena de una nueva categoría de dispositivos los NETBOOKS o Mini PC. Este procesador que lleva a la “Ley de Moore” a niveles insospechados, se creó pensando en celulares y los dispositivos móviles de Internet o MID (Mobile Internet Device). Al tener el potencial de ser utilizado en diversos dispositivos los ATOM y luego los VIA C7M se convirtieron en el abreboca de lo que será la comunicación humana en el futuro.


Pero como el hardware no puede ir solo, la industria asentó las bases para el inicio de un nuevo modelo de negocios para el software. Microsoft, no ha podido ocultar el poco éxito que ha tenido Windows Vista, Google sigue su camino de crecimiento, el lanzamiento de Android su sistema operativo para celulares, generó mucha expectativa, Motorola y otras casas podrían tener este software en sus celulares. Pero quizás el acontecimiento más relevante de 2008 fue la decisión de Nokia de hacerse de la totalidad accionaria de Symbian, y la simultánea liberación del código fuente del software para que sea utilizado por una comunidad de desarrolladores. Symbian – con sus tres versiones- es el sistema operativo más utilizado en el mundo, Nokia espera que sea utilizado en infinidad de equipos móviles y seguro algunas propuestas se están horneando.


El paso de Nokia que se concretará en 2009, cambiará más temprano que tarde los modelos de negocios del software. Ya Microsoft no ve con recelo el método que garantiza los ingresos a partir del servicio más que por el pago de licencias, no podría ser descartable que Windows 7, el próximo sistema operativo de la casa de Steve Ballmer, se ampare en este modelo de negocios.


Materia pendiente


Pero si el hardware y el software parecieran enrumbarse a un mismo destino, existe una materia pendiente. Se trata de las infraestructura para el acceso a ese nuevo mundo que líderes icónicos como Bill Gates, Steve Jobs han visualizado. ¿Cómo podemos proyectar un mundo con dispositivos ultra móviles, con software fácil de usar y diverso, si no podemos conectarnos a internet libremente?


Sin dudas es la gran materia pendiente de la industria de telecomunicaciones. Los grandes líderes han gastado recursos económicos y humanos en exponer cuáles son las tecnologías ideales para el acceso de la población a Internet. El debate más reciente coloca en la palestra a WiMAX y a LTE, como tecnologías adversas que intentarán dominar el mercado.


Mientras los operadores de celulares apuestan a un LTE, como evolución natural de sus redes, el resto de la industria, donde podemos incluir a operadores de televisión por cable, y otros operadores móviles que vieron limitado su evolución en las redes CDMA, apuesta y cree en WiMAX.


Sin embargo, y lejos de esos intereses económicos, existe una necesidad latente que no debe esperar a que la industria tome sus decisiones. El acceso a Internet y la consolidación de la banda ancha, son prioridades que deben ir más allá de los intereses de algunos. ¿Qué dicen y hacen los gobiernos? Pareciera que muy poco, si existe el compromiso de potenciar internet, este no se plasma en decisiones concretas para masificar su uso.


En el caso específico de Venezuela, preocupa, la poca información oficial que despliega sobre estas tendencias mundiales. El Ministerio de Telecomunicaciones, a través de la ministra Socorro Hernández, ha expuesto que El Plan Nacional de Telecomunicaciones, el ambicioso proyecto que aspira a llevar conectividad a todos los rincones de la república, sigue siendo secreto. Se sabe muy poco del mismo, ante lo difícil que resulta el acceso a la fuente oficial. Ojalá se logre el objetivo.

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