La Gerente General Fundavac (Fundación venezolana para el Avance de la Ciencia) explicó a Hormiga Analítica que en cinco años de creada muchas empresas estaban comprendiendo que su rol no era el de reunir dinero para comprar tecnología y formar a sus empleados; una etapa infantil que la gerente general de Fundavac estaba superándose, daban los primeros pasos a la creación de nuevas tecnologías y comenzaban a aventurarse en formas de innovación
Todo aquel que tenga apego por la ciencia y el desarrollo del conocimiento levantó su voz ante la reforma a la Ley Orgánica de Ciencia Tecnología en Innovación; un golpe que sin dudas comenzará a dejar secuelas en algunos años, cuando los avances logrados hasta ahora, simplemente se detengan, se engaveten o simplemente se califiquen como proyectos no pertinentes.
Pero quizás donde más impacto generó la reforma a la LOCTI fue en la Fundación Venezolana para el Avance de la Ciencia, Fundavac, organización que vio como en menos de un mes se le daba un zarpazo a los pocos espacios donde podría destellar algún avance científico. El primero, la ya mencionada reforma y el segundo la eliminación del PPI (Programa de Promoción al Investigador) que ahora se llama Programa de Estimulo a la Investigación.
Decisiones que para Holanda Castro, gerente general de Fundavac, son escandalosas, no por la inexistencia de motivos para mejoras o reformulaciones, si no por la manera inconsulta en la cual fueron aprobadas. Golpes rotundos a una investigación científica llena de vicios, que reconoce la científica, ninguno de ellos, por cierto, desconocido por las autoridades nacionales.
Castro expresa un sentimiento de profunda indignación, por el antes, por el ahora, pero sobre todo por el futuro de una Ciencia nacional castigada, poco reconocida y dramáticamente oprimida por repetidas malas políticas, escasa contraloría y poco interés gubernamental. Una rémora histórica, pero que ahora, se le suma el aditivo político, que contamina y castiga a los pocos avances obtenidos en un país más acostumbrado a admirar a los mesías políticos, cantantes y peloteros que a sus científicos.
-¿Qué motivó la modificación de la LOCTI, algunas voces argumentan que los proyectos a financiar no eran pertinentes, otros aseguran que las empresas hacían esfuerzos sólo para financiar cursos a sus empleados? ¿Pudo ser este un motivo?
No puedo hablar con propiedad de ello, si hay resquemores o mala fe, no me consta. Cada sector se sintió señalado, pero el ente encargado de fiscalizar, Oncti o Fonacit en los últimos tiempos, tenía la responsabilidad de colocar los correctivos pertinentes, y la solución fue un cambio de reglas de juego. La Ley y los procedimientos eran claros, en la práctica, porque el reglamento era parcial. Ha sido un tiempo de aprendizajes truncado.
Efectivamente, la curva aprendizaje estaba en su etapa descenso, a mi parecer. Algunas empresas al inicio tuvieron la percepción de que este sería un impuesto, o un pote al que podían adscribir sus compras de hardware o formación permanente. En los últimos tiempos hay empresas que han superado este estado infantil, por decirlo de algún modo, para generar procesos de desarrollo interno tendientes a mejorar procesos y generar nuevas tecnologías. También podrá haber algunas que se encuentran en el estadio inicial. Hay integraciones con los proyectos de beneficiarios, y se han armado consorcios muy productivos intelectual y tecnológicamente entre organizaciones del tercer sector y la empresa, mientras otras empresas ven en esto una dinámica de donaciones.
Es algo lógico y característico esa disparidad de aprendizaje dado el poco tiempo de implementada la ley. Un buen número de empresas y ONG, en mi experiencia, estaban muy interesadas en desaprender y reaprender para entrar en un paradigma innovador, se veían como centros de desarrollo a sí mismas. Este interés era inexistente hace apenas año y medio atrás.
-¿Qué beneficios estaban viendo los investigadores con la LOCTI?
Desde mi experiencia, no puedo hablar de "investigadores" como personas e individuos, siempre tuve la percepción de que los llamados proyectos Locti eran colectivos e institucionales, muy vinculados a lo que siempre hemos hecho en la academia y tercer sector, que es el desarrollo del conocimiento y soluciones adaptadas a nuestra realidad.
La eliminación del PPI y la reforma a la LOCTI ¿beneficia o perjudica la investigación científica en Venezuela?
Son dos aspectos distintos y con distintas instancias de seguimiento. Desde luego, el PPI es un programa de tradición, que hacía competitiva y constante la actividad del investigador, obligaba a mantenerse en el circuito de conferencias, revistas arbitradas y otros encuentros que definitivamente legitiman la producción y publicación de nuevos conocimientos mediante lo único que es reconocido dentro de la ciencia: el encuentro y discusión con pares. Además, en lo personal, otorga un piso de seguridad y reconocimiento a esta labor, no tanto por lo económico, sino por el prestigio que representaba pertenecer y escalar los peldaños del PPI. Eliminarlo es una aberración. Se habla de una sustitución por otro sistema, esperamos que esta nueva propuesta sea concreta y acorde con la dinámica académica universal. No dudo de que el PPI que conocemos necesite revisión y actualización, pero nunca eliminación.
La Locti, como dije antes, es una oportunidad de aprendizaje que apenas empezaba a dar frutos, la empresa y la academia ingresaban al paradigma de la cooperación para la innovación, integraban lenguajes y metodologías. Todo proceso de aprendizaje truncado es perjudicial. El concepto de innovación aún está lejos de ser abordado en toda su complejidad, y lamentablemente las autoridades que desean vigilar e instalar la capacidad para la innovación en sí mismas desconocen el paradigma, lo que acaba de comprobarse con esta repentina aprobación de un proyecto de ley inconsulto en un momento como el actual.
-¿Qué tan productivos han sido nuestros científicos en la producción de patentes y de innovaciones que contribuyan con el país y la humanidad?
Los científicos y empresas venezolanas siempre han sido muy productivos, desde el bisturí de diamante hasta la orimulsión, con lo que doy dos ejemplos de desarrollo de tecnologías de aprovechamiento global en tiempos muy distintos. En Venezuela es una odisea patentar algo, los requisitos y tiempos de respuesta son los menos competitivos de las Américas, eso detiene a los innovadores populares y a los jóvenes científicos, así como a los centros, empresas e investigadores más afianzados. El apoyo intermitente a los proyectos nacionales y el pobre reconocimiento económico y social además, sirve la mesa para la migración calificada, la llamada fuga de cerebros, que es la mayor de la región andina, según el Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe (SELA).
-Las competencias del Observatorio Nacional de Ciencia y Tecnología eran suficientes o insuficientes ¿Cómo estima será su desempeño ahora?
La competencia en papel era suficiente, en los hechos al parecer no estuvo a la altura. El PPI estaba desactualizado ya y los reportes sobre Locti nunca fueron oportunamente presentados, de hecho, es una gran deuda del Ministerio de Ciencia con el país el entregar cuentas claras sobre la inversión de estos cinco años en Ciencia Tecnología e Innovación.
-¿Orientar la innovación científica a los intereses del país, es positivo o frena la innovación?
Toda innovación y proyecto científico está dirigido a los intereses de la ciencia y la humanidad, no hay egoísmos ni nacionalismos en esos logros, la verdad esta es una discusión bastante pobre, más aún cuando la globalización es un hecho. Hay una investigadora venezolana en España trabajando el tema de las células madre, porque allá encuentra un entorno proactivo, abierto, preparado para este tema, también pasa lo contrario, investigadores extranjeros se interesan en venir a Venezuela a doctorarse o formar partes de equipos en institutos y universidades porque en determinado campo Venezuela brinda las condiciones más favorables.
Los recientes descubrimientos de la NASA sobre una bacteria cuya composición molecular es totalmente diferente a lo conocido, nos atañe y nutre a todos, incluso en distintos campos de la ciencia que no se circunscriben a la biología o astrobiología, es una ruptura global con nuestra espíteme, en ello se basa el avance de la ciencia. Esto no es fútbol en el que nos interesa decir que el muchacho se crió y entrenó toda la vida en un país determinado para jugar a chauvinismos o a mercadeo político.
Todo proyecto bien formulado, y para ello hay canales de aprobación, o incluso de certificación como han pretendido instaurar Fonacit y Oncti, tiene sus bases en las líneas de investigación aprobadas por una institución. En un concepto integral de gerencia del conocimiento, estas líneas no están desligadas de las misiones y visiones de los entes que los diseñan, ni mucho menos de los planes de la nación. Que los planes de la nación tengan un marketing lingüístico según cada administración, o renovación de sus comunicaciones políticas, no cambia para nada los profundos acuerdos de la cultura y la ciencia con el desarrollo del saber.
¿Qué tanta investigación promovió la Universidad Venezolana y los CDCH antes de la LOCTI y que tanto se promovió luego?
Conocer esos datos es la deuda que tiene el ministerio de ciencia con nosotros, la ciudadanía, saberlo es lo que permitiría una concertación para los nuevos rumbos de la Locti. Las universidades tienen sus sistemas de regulación y rendición de cuentas, las cuales son de dominio público, si los entes ministeriales y contralores los validan o no, eso debe ser una discusión pública, y hasta los momentos nadie ha podido comprobar de facto que las universidades incumplen su labor de Ciencia, Tecnología e Innovación aún a pesar de las diatribas financieras y circunstanciales.
La hipótesis lógica es que debería existir un incremento de la investigación y desarrollo, pero si pensamos en términos de apoyo financiero, por un lado se abre la oportunidad de trabajar con fondos extraordinarios como los provenientes de la Locti, pero por otro se recortan los presupuestos de las universidades y por ende de los centros, los laboratorios y los CDCH. Lamentablemente, eso apunta a un equilibrio insano para la producción de conocimiento. Sin embargo, estoy elucubrando, no se ha dado la oportunidad de rendir cuentas al país sobre esta dinámica.
¿Qué critica se le debe hacer a la Universidad Nacional por la escasa producción de patentes ¿a qué se debe esto?
No tengo elementos de juicio para contestar esta interrogante.
Todo aquel que tenga apego por la ciencia y el desarrollo del conocimiento levantó su voz ante la reforma a la Ley Orgánica de Ciencia Tecnología en Innovación; un golpe que sin dudas comenzará a dejar secuelas en algunos años, cuando los avances logrados hasta ahora, simplemente se detengan, se engaveten o simplemente se califiquen como proyectos no pertinentes.
Pero quizás donde más impacto generó la reforma a la LOCTI fue en la Fundación Venezolana para el Avance de la Ciencia, Fundavac, organización que vio como en menos de un mes se le daba un zarpazo a los pocos espacios donde podría destellar algún avance científico. El primero, la ya mencionada reforma y el segundo la eliminación del PPI (Programa de Promoción al Investigador) que ahora se llama Programa de Estimulo a la Investigación.
Decisiones que para Holanda Castro, gerente general de Fundavac, son escandalosas, no por la inexistencia de motivos para mejoras o reformulaciones, si no por la manera inconsulta en la cual fueron aprobadas. Golpes rotundos a una investigación científica llena de vicios, que reconoce la científica, ninguno de ellos, por cierto, desconocido por las autoridades nacionales.
Castro expresa un sentimiento de profunda indignación, por el antes, por el ahora, pero sobre todo por el futuro de una Ciencia nacional castigada, poco reconocida y dramáticamente oprimida por repetidas malas políticas, escasa contraloría y poco interés gubernamental. Una rémora histórica, pero que ahora, se le suma el aditivo político, que contamina y castiga a los pocos avances obtenidos en un país más acostumbrado a admirar a los mesías políticos, cantantes y peloteros que a sus científicos.
-¿Qué motivó la modificación de la LOCTI, algunas voces argumentan que los proyectos a financiar no eran pertinentes, otros aseguran que las empresas hacían esfuerzos sólo para financiar cursos a sus empleados? ¿Pudo ser este un motivo?
No puedo hablar con propiedad de ello, si hay resquemores o mala fe, no me consta. Cada sector se sintió señalado, pero el ente encargado de fiscalizar, Oncti o Fonacit en los últimos tiempos, tenía la responsabilidad de colocar los correctivos pertinentes, y la solución fue un cambio de reglas de juego. La Ley y los procedimientos eran claros, en la práctica, porque el reglamento era parcial. Ha sido un tiempo de aprendizajes truncado.
Efectivamente, la curva aprendizaje estaba en su etapa descenso, a mi parecer. Algunas empresas al inicio tuvieron la percepción de que este sería un impuesto, o un pote al que podían adscribir sus compras de hardware o formación permanente. En los últimos tiempos hay empresas que han superado este estado infantil, por decirlo de algún modo, para generar procesos de desarrollo interno tendientes a mejorar procesos y generar nuevas tecnologías. También podrá haber algunas que se encuentran en el estadio inicial. Hay integraciones con los proyectos de beneficiarios, y se han armado consorcios muy productivos intelectual y tecnológicamente entre organizaciones del tercer sector y la empresa, mientras otras empresas ven en esto una dinámica de donaciones.
Es algo lógico y característico esa disparidad de aprendizaje dado el poco tiempo de implementada la ley. Un buen número de empresas y ONG, en mi experiencia, estaban muy interesadas en desaprender y reaprender para entrar en un paradigma innovador, se veían como centros de desarrollo a sí mismas. Este interés era inexistente hace apenas año y medio atrás.
-¿Qué beneficios estaban viendo los investigadores con la LOCTI?
Desde mi experiencia, no puedo hablar de "investigadores" como personas e individuos, siempre tuve la percepción de que los llamados proyectos Locti eran colectivos e institucionales, muy vinculados a lo que siempre hemos hecho en la academia y tercer sector, que es el desarrollo del conocimiento y soluciones adaptadas a nuestra realidad.
La eliminación del PPI y la reforma a la LOCTI ¿beneficia o perjudica la investigación científica en Venezuela?
Son dos aspectos distintos y con distintas instancias de seguimiento. Desde luego, el PPI es un programa de tradición, que hacía competitiva y constante la actividad del investigador, obligaba a mantenerse en el circuito de conferencias, revistas arbitradas y otros encuentros que definitivamente legitiman la producción y publicación de nuevos conocimientos mediante lo único que es reconocido dentro de la ciencia: el encuentro y discusión con pares. Además, en lo personal, otorga un piso de seguridad y reconocimiento a esta labor, no tanto por lo económico, sino por el prestigio que representaba pertenecer y escalar los peldaños del PPI. Eliminarlo es una aberración. Se habla de una sustitución por otro sistema, esperamos que esta nueva propuesta sea concreta y acorde con la dinámica académica universal. No dudo de que el PPI que conocemos necesite revisión y actualización, pero nunca eliminación.
La Locti, como dije antes, es una oportunidad de aprendizaje que apenas empezaba a dar frutos, la empresa y la academia ingresaban al paradigma de la cooperación para la innovación, integraban lenguajes y metodologías. Todo proceso de aprendizaje truncado es perjudicial. El concepto de innovación aún está lejos de ser abordado en toda su complejidad, y lamentablemente las autoridades que desean vigilar e instalar la capacidad para la innovación en sí mismas desconocen el paradigma, lo que acaba de comprobarse con esta repentina aprobación de un proyecto de ley inconsulto en un momento como el actual.
-¿Qué tan productivos han sido nuestros científicos en la producción de patentes y de innovaciones que contribuyan con el país y la humanidad?
Los científicos y empresas venezolanas siempre han sido muy productivos, desde el bisturí de diamante hasta la orimulsión, con lo que doy dos ejemplos de desarrollo de tecnologías de aprovechamiento global en tiempos muy distintos. En Venezuela es una odisea patentar algo, los requisitos y tiempos de respuesta son los menos competitivos de las Américas, eso detiene a los innovadores populares y a los jóvenes científicos, así como a los centros, empresas e investigadores más afianzados. El apoyo intermitente a los proyectos nacionales y el pobre reconocimiento económico y social además, sirve la mesa para la migración calificada, la llamada fuga de cerebros, que es la mayor de la región andina, según el Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe (SELA).
-Las competencias del Observatorio Nacional de Ciencia y Tecnología eran suficientes o insuficientes ¿Cómo estima será su desempeño ahora?
La competencia en papel era suficiente, en los hechos al parecer no estuvo a la altura. El PPI estaba desactualizado ya y los reportes sobre Locti nunca fueron oportunamente presentados, de hecho, es una gran deuda del Ministerio de Ciencia con el país el entregar cuentas claras sobre la inversión de estos cinco años en Ciencia Tecnología e Innovación.
-¿Orientar la innovación científica a los intereses del país, es positivo o frena la innovación?
Toda innovación y proyecto científico está dirigido a los intereses de la ciencia y la humanidad, no hay egoísmos ni nacionalismos en esos logros, la verdad esta es una discusión bastante pobre, más aún cuando la globalización es un hecho. Hay una investigadora venezolana en España trabajando el tema de las células madre, porque allá encuentra un entorno proactivo, abierto, preparado para este tema, también pasa lo contrario, investigadores extranjeros se interesan en venir a Venezuela a doctorarse o formar partes de equipos en institutos y universidades porque en determinado campo Venezuela brinda las condiciones más favorables.
Los recientes descubrimientos de la NASA sobre una bacteria cuya composición molecular es totalmente diferente a lo conocido, nos atañe y nutre a todos, incluso en distintos campos de la ciencia que no se circunscriben a la biología o astrobiología, es una ruptura global con nuestra espíteme, en ello se basa el avance de la ciencia. Esto no es fútbol en el que nos interesa decir que el muchacho se crió y entrenó toda la vida en un país determinado para jugar a chauvinismos o a mercadeo político.
Todo proyecto bien formulado, y para ello hay canales de aprobación, o incluso de certificación como han pretendido instaurar Fonacit y Oncti, tiene sus bases en las líneas de investigación aprobadas por una institución. En un concepto integral de gerencia del conocimiento, estas líneas no están desligadas de las misiones y visiones de los entes que los diseñan, ni mucho menos de los planes de la nación. Que los planes de la nación tengan un marketing lingüístico según cada administración, o renovación de sus comunicaciones políticas, no cambia para nada los profundos acuerdos de la cultura y la ciencia con el desarrollo del saber.
¿Qué tanta investigación promovió la Universidad Venezolana y los CDCH antes de la LOCTI y que tanto se promovió luego?
Conocer esos datos es la deuda que tiene el ministerio de ciencia con nosotros, la ciudadanía, saberlo es lo que permitiría una concertación para los nuevos rumbos de la Locti. Las universidades tienen sus sistemas de regulación y rendición de cuentas, las cuales son de dominio público, si los entes ministeriales y contralores los validan o no, eso debe ser una discusión pública, y hasta los momentos nadie ha podido comprobar de facto que las universidades incumplen su labor de Ciencia, Tecnología e Innovación aún a pesar de las diatribas financieras y circunstanciales.
La hipótesis lógica es que debería existir un incremento de la investigación y desarrollo, pero si pensamos en términos de apoyo financiero, por un lado se abre la oportunidad de trabajar con fondos extraordinarios como los provenientes de la Locti, pero por otro se recortan los presupuestos de las universidades y por ende de los centros, los laboratorios y los CDCH. Lamentablemente, eso apunta a un equilibrio insano para la producción de conocimiento. Sin embargo, estoy elucubrando, no se ha dado la oportunidad de rendir cuentas al país sobre esta dinámica.
¿Qué critica se le debe hacer a la Universidad Nacional por la escasa producción de patentes ¿a qué se debe esto?
No tengo elementos de juicio para contestar esta interrogante.
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