Falla en el e-government portugués desveló los riesgos de la automatización en las elecciones

Un error en la plataforma informática, durante las elecciones presidenciales realizadas el 23 de enero, demostró que los avances en el gobierno electrónico deben ser puestos a prueba en diversos escenarios antes de llevarlos a eventos tan complejos y de alto interés

Mario Queiroz (IPS)

- Portugal dio un inmenso salto tecnológico en los últimos cinco años, desde que el primer ministro socialista José Sócrates decidió aligerar la pesada burocracia y lanzar el programa tecnológico Simplex. Pero el exceso de informatización del Estado no siempre ha mostrado resultados positivos.

Una tecnología demasiado complicada para una población envejecida, la falta de respuesta de los funcionarios y el bloqueo de líneas dejó a miles de ciudadanos sin poder votar en las elecciones presidenciales del 23 de enero. La protesta ya está en el parlamento y en la calle.

A pesar de que es imposible calcular el elevado número de los electores contabilizados en la mayor abstención registrada desde el acceso de Portugal a la democracia en 1974, estimaciones de la prensa local estiman que no menos de 300.000 personas acudieron a las urnas, pero no lograron cumplir con su deber ciudadano.

En efecto, el llamado "cartón del ciudadano", oficializado por decreto-ley el 7 de febrero de 2007, fue una de las innovaciones del programa Simplex creado en 2005. En una única cédula, se reúnen el carné de identidad, el código fiscal de contribuyente, los números de beneficiario de los servicios de salud, de la seguridad social y de elector.

Cinco en uno, que en realidad las elecciones presidenciales demostraron que en muchos casos, solo logró ser cuatro en uno, ya que en las mesas de votación el número de elector no coincidía con el contenido en la tarjeta del ciudadano.

Para salvar ese escollo, los electores debían enviar un SMS (acrónimo en inglés de servicio de mensajes cortos Short Message Service), al Ministerio de Interior y, teóricamente, recibirían la respuesta con el nuevo número, o bien, consultar por Internet.

Nada de esto funcionó. Las respuestas no llegaron, a lo que se sumó que personas ancianas no saben operar con una computadora y menos aun enviar SMS.

De esta manera, Portugal registró una abstención récord de 53,38% si se suman a la cuenta los llamados "electores fantasmas", personas que ya fallecieron pero que siguen constando en los registros, que pese a la tan moderna tecnología no han sido borrados.


La crónica completa en el semanario digital N°84

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