Conatel: ¿Quien invierte sin tener garantías?



 Conatel iniciará próximamente el otorgamiento de nuevas bandas de espectro radioeléctrico. El reacomodo del cuadro nacional de bandas de frecuencias, las peticiones de las operadoras establecidas, que necesitan espacio para poder desplegar 4G y más banda ancha móvil, fueron los adelantos que prepararon el camino para nuevas inversiones en las telecomunicaciones en Venezuela.
Si el ente regulador apela por la adjudicación directa, las empresas establecidas en el país tendrán un respiro, que les permitirá proyectar un relativo despliegue de nuevas tecnologías para un mercado ávido de una mejor banda ancha y que está dispuesto a consumir mejores ofertas.
Si va por la subasta, veremos que tan apetecible será el país para nuevos inversionistas, que si bien no dudan del potencial del mercado nacional, la pensarían dos veces antes de colocar un centavo en Venezuela. Las regulaciones cambiarias, las pocas garantías de repatriación de capitales, la tendencia gubernamental de arrebatar, que se une a su participación como competidor y regulador, son variables que hacen poco atractivo el mercado nacional.
Si en el pasado, gigantes como América Móvil y la rusa Yota, quisieron venir al país para ofrecer sus ofertas y hacer negocios en el mercado más proclive al consumo de datos móviles de América Latina, en el presente la situación pudiera ser distinta al carecer de garantías y al ver ejemplos como los expuestos por DirecTV y Telefónica que han tenido serios problemas para hacer rentables las operaciones.
Una nueva concesión de espectro radioeléctrico debe venir con una apertura del  Gobierno Nacional que le garantice a los inversionistas una visión más clara de los negocios que pueden emprender en Venezuela. De no hacerlo, sería poco probable que se logren las necesarias actualizaciones que requiere el sector para seguir estando en la cresta de la ola regional.
De no hacerlo y de reducirse las inversiones a meros planes esporádicos de ampliación de la red, comenzaremos a estar en serias desventaja competitiva con las otras naciones de la región, que ya comienzan a ofrecer y desplegar redes de 4G a gran escala.
Pero, sin intención de ser pesimistas, un cambio en el Gobierno implicará un viraje en el modelo de desarrollo de país. Un giro al centro, si bien es necesario para la economía, sería demoledor para el sistema actual, que está convencido que el Estado es el responsable de todo, de la venta de refrigeradores y línea blanca.
El tiempo dirá qué decisión tomarán las empresas. Si apostarán por un país a largo plazo y deciden comerse las verdes o mirar a otros países, con usuarios menos consumidores que los venezolanos, pero mucho más estables.

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