La idiotización colectiva, el gran riesgo de la humanidad

 

Hace ya tres años dejé de alimentar mi cuenta blogger, donde comenzó todo el proyecto hormiga analítica.  Lejos de desistir en el empeño de escribir me tomé mi tiempo para alimentar otras pasiones, con las cuales también he podido sortear los duros momentos que vivimos en Venezuela ya desde hace mucho tiempo, tanto, que difícilmente puedo encontrar una fecha de inicio.

Mi país, vivió su propia tragedia. Lejos estoy de creer que el drama nacional arrancó con la revolución bolivariana de Hugo Chávez. Siento que el colapso nacional partió desde el mismo momento en el que el Estado se hizo omnipresente. Todo, la riqueza, los servicios, el desarrollo intelectual y humano se ató al Estado.

El Estado, en Venezuela, es un solo poder. La división republicana de Estado no existe ni siquiera en el pensamiento colectivo de la gente. Es un todo, que legisla, crea las leyes, las adecua y las molda. Es también el juez, quien vela por todos. Es el Gobierno, que orienta sus políticas al ritmo de sus intereses.

El Estado no se divide. Es uno sólo y cuida de que el status quo que lo sostiene, se mantenga.

Difícil suponer que en estas condiciones pueda generarse un cambio de pensamiento. Dificil, sí,  pero no imposible. Lo que hace más compleja la tarea, es el convencimiento de buena parte de la población que el Poder del Estado, es un derecho, similar al "Derecho Divino de los Reyes" que tanto socavó al pensamiento humano.

En nuestra minúscula realidad, si se compara con la Globalidad, Venezuela vivió un proceso de idiotización colectiva. La nación, fue victima de su desparpajo, escasa capacidad crítica y exacerbada necesidad de placer.

Fuimos felices al despeñadero. Ahora, intentamos salir del mismo, pero, no sabemos cómo.  Intentamos suponer que llegará un salvador dispuesto a cambiar las cosas, con un leve toque de su barita.

Nada más lejos de la realidad. El cambio nacional comenzará con un mea culpa, una revisión personal, que cada ciudadano deberá hacer. A partir de allí, se buscarán metas y objetivos en común. Buscar un norte común y trabajar para lograrlo. Será el primer paso para recuperar lo que nunca hemos tenido: UN RAZÓN DE SER, UNA CAUSA POR LA CUAL SER.

Siento que falta algún tiempo para ello, pues estamos acostumbrados a buscar metas individuales, obviando o despreciando cualquier objetivo en común que nos permita construir una conciencia ciudadana sólida, indestructible por el seductor discurso populista.

LA IDIOTIZACIÓN DEL MUNDO

Parte mi reflexión inicial de mi inmensa preocupación por el rumbo que estamos llevando como sociedad.  La población mundial está sumergida en un profundo antivalor. Generaciones enteras de seres humanos están atrapadas en los ME GUSTA y LAS REPRODUCCIONES. Somos capaces de cualquier cosa sólo por ganar puntos, ganar aceptación y alimentar el ego, aquel enemigo eterno que lejos de darnos humanidad, nos sumerge en un minúsculo espacio. 

Mujeres, Hombres, caen seducidos por el asombroso monstruo que se construyó en menos de 10 años y que podría socavar años de lucha de la humanidad por alcanzar el bienestar intelectual y económico. En ese orden.

Sólo imagino qué pasará en el mundo en algunos años, cuando las matrices de opinión se creen desde algún laboratorio, bien para inducir la compra de un producto, sea este material o ideológico.

Y si piensan que estoy errado, solo pregúntense por qué, aceptamos cosas inaceptables cómo el aborto, antes que la responsabilidad sexual, la igualdad de género, antes que el respeto a la dualidad hombre - mujer. 

Siento que con estas tendencias, se está cambiando radicalmente la noción de humanidad y de nuestra cultura occidental. Una cultura, que ha dado a la humanidad años de crecimiento intelectual y económico acelerado.  ¿Qué era del hombre hace 300 años atrás?

Lo paradójico, es que innovaciones surgidas en el seno de nuestra cultura occidental están contribuyendo a acelerar nuestra destrucción como cultura. Convencido estoy que con este proceso de adoctrinamiento masificado, acabaremos con la Democracia, con las instituciones. Lo peor, es que la humanidad está yendo a un despeñadero con una enorme sonrisa.

Tal y como fuimos los venezolanos a nuestra actual tragedia


Les comparto un vídeo reciente que publiqué en youtube sobre la idiotización colectiva





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