Equidad digital VI

La escuela deben usar las TIC como un juego para el aprendizaje

En la infancia el uso de las tecnologías no debe ser evaluado, pues debe ser divertido y entretenido para el estudiante

¿Qué está haciendo la academia para que la Equidad Digital se alcance? “Mucho”; esta fue la respuesta de Oscar Dávila, especialista en el uso de las Tecnologías de la Información de la Dirección Tecnología Avanzada de la Universidad de Carabobo. La labor de Oscar en la DTA implementar el uso de las tecnologías en los ambientes educativos de la UC, para que todos el proceso de enseñanza aprendizaje mejore.

La experiencia le permite a Oscar diferenciar los distintos niveles que debe tener la implementación tecnológica en los diversos niveles de la educación. Es así como asegura que en la infancia del estudiante, así como en la primera y segunda etapa de educación básica el uso de las tecnologías debe ser un complemento de la formación del niño.

“Este debe ser un período de preparación para el uso de tecnología en ambientes superiores. Las TIC deben ser un juego para el aprendizaje, no un proceso evaluativo, el niño debe aprender dentro de su colegio, a través de las actividades presénciales, pues la interacción con sus compañeros le dará la socialización para afrontar los niveles superiores”

“Si bien es difícil que en nuestra realidad todas las escuelas tengan computadoras y posibilidades de tener tecnologías, sería ideal que cuando las tengan las empleen como medio para que los niños se diviertan, de esa manera podrán adquirir las habilidades básicas. Debe ser un estímulo parcial, pues los niños deben aprender a escribir, a leer un libro; éstas son experiencias únicas, las imágenes que pasa crean en la mente mientras un niño lee no las reemplaza la tecnología…”

Dávila advierte que esta parcialidad también permite que el docente vaya capacitándose y adaptándose en el uso de las TIC, “el docente debe hablar el mismo lenguaje que sus muchachos, debe recibir un niño que sabe usar celulares, envía mensajes de texto, filma videos. Puede ser creativo, por ejemplo, la lectura se puede estimular con los mensajes de texto, al igual que la escritura. Si en clase se estimula la lectura, la redacción, los mensajes serán mejor redactados pues hilará mejor las ideas y las oraciones”

-La primaria es preparación para el niño y para el docente pues éste debe asumir que el estudiante ve la tecnología como algo transparente en su vida”

El investigador advierte que estos niños tienen también muchas fuentes de información en sus manos, Internet, celulares, la televisión por suscripción, abren un abanico de fuentes de información que nutren de contenidos a los niños que deben ser bien canalizados, para que vean y aprendan lo que ciertamente les hará más productivos.

Docente proactivo

Una propuesta interesante que plantea Oscar Dávila es que el docente tenga la iniciativa de estimular el uso de tecnologías entre sus estudiantes. ¿Cómo? En lugar de llevar guías, sacar fotocopias; puede grabar contenidos, propios del docente, en discos compactos que luego entrega a sus estudiantes (valen otros dispositivos de almacenamiento). También estima que el docente, en una primera etapa, puede crear un blog en Internet, allí tiene un espacio ideal para interactuar con sus alumnos, colocar contenidos hechos por el mismo y dejar que los alumnos los lean y utilicen. Esto aplica, para exámenes, investigaciones y para preparar temas de discusión. Los niños tendrán la posibilidad de elegir.

Con este estímulo, se pueden estimular otros docentes y así se lograría que la escuela, como institución genera un espacio para que todos los recursos técnicos sean utilizados y aprovechados, sin caer en una “ensalada de tecnologías, que podrían confundir al estudiante”.

PRIMER PASO

Antes de capacitar aulas, adquirir aplicaciones de software, crear redes, es necesario que se planifique, que la escuela sepa para qué quieren utilizar esa tecnología y qué nivel de formación tecnológica tienen los docentes. De esa manera, según el investigador, se le dará la utilidad a toda adquisición, de lo contrario, sería pura parafernalia.